Capítulo 7

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El rizado se dirigía a su hogar mientras tatareaba una canción que ha quedado grabada en su mente toda la mañana.

Parecía un niño de cinco años queriendo no pisar las lineas del suelo, pero de todas maneras lo hacía porque le gustaba. Se sobresaltó cuando escuchó la voz de Louis llamarlo por su nombre.

Volteó con semblante asustado y le musitó:

—¿Sí?

—Lo siento, te asusté. No fue mi intención —dice Louis algo avergonzado.

Harry asintió y antes de que Louis hablara nuevamente. Esta vez quiso hacerlo él.

—Tengo algo para ti —dice Harry—. Lo hice yo.

—¿De verdad? o... ¿Estás bromeando conmigo?

Harry negó y sus mejillas se tornaron de un color carmesí. Ni siquiera podía evitar sonrojarse. La verdad es que, quería golpearse a sí mismo.

El rizado sabía que iba a darle una flor así que rápidamente sacó de su mochila dos sandwich para Louis, se encontraba dentro de una bolsa así que se la tendió.

—Yo no quiero esto, Harry. Esto es tuyo y lo has...

—No me importa. Ahora es tuyo —dijo, golpeando la bolsa contra el pecho de Louis—. Y lo hice yo para ti. ¿Entiendes? Sólo para ti.

Louis dudó en tomar la bolsa pero al final lo hizo con una sonrisa en su rostro.

—Yo también tengo algo para ti pero antes de dártelo, quisiera decirte que lo siento mucho.

Harry frunció el ceño.

Louis sacó un papel de su bolsillo y se lo dio a Harry.

No era una flor como siempre. Era un papel.

El rizado lo desdobló y sí, ahí sí había una flor. Estaba dibujada. Era hermosa, y Louis dibujaba tan bien que sonrió.

 Era hermosa, y Louis dibujaba tan bien que sonrió

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—Lo hice yo. Y lo siento si no es real pero... No pude regalarte una flor esta vez pero te lo recompensaré. Te lo prometo —habló Louis en un tono muy bajo y mirando a sus zapatillas.

Parecía tan avergonzado, tan delicado, tan delgado y con sus gafas. Harry quería abrazarlo pero no lo hizo.

—Me gusta esta flor —musitó Harry mirando el dibujo.

—¿Sí? ¿En serio? —preguntó Louis levantando su rostro—. Eso... eso es tan bonito.

Harry asintió.

Harry odiaba las flores. Las odiaba tanto, literalmente, ni siquiera podía verlas. Pero ésta flor era dibujada, ¿había algo de diferencia? Claro. Ésta sí podía aceptarla. Sólo para poder ver una pequeña sonrisa en el rostro de Louis, la aceptaría.

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ANTOFOBIA | Larry StylinsonWhere stories live. Discover now