Capítulo 1.

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Noa.

Me acababa de mudar a un barrio, era muy bonito, pero pequeño. El viaje se me hizo bastante corto, ya que en mitad del trayecto me quedé dormida. Al despertarme ya habíamos llegado, cogí mis maletas y me dirigí a la salida. Llamé al camión de mudanzas para saber sí ya habían llegado, y efectivamente ya estaban allí, esperándome.
Al salir de la estación, me quedé en la puerta y me encendí un cigarro mientras contemplaba Madrid. Al acabar, pedí un taxi, llegué y ahí estaba el camión de mudanzas.

-Ahí tiene todas sus cosas -señaló el portal, dentro estaban todo bien ordenado. -sí quiere la ayudamos a subirlo todo.

-No hace falta, gracias. -les dije mientras sacaba la cartera y les pagué. Se despidierón cón la mano, se metieron en el camión y mientras este avanzaba cada vez le veía menos hasta que se desvaneció por completo.
Me adentré y poco a poco iba subiendo las cajas, no tardé mucho ya que vivía en un segundo. Me quedaban pocas cajas, estaba bajando cuando vi a un chico entrar, no le pude ver bien la cara ya que llevaba la capucha puesta e iba cabizbajo. Se tropezó con unas cajas y bajé todo la rápido que pude.

-Lo siento mucho,acabo de mudarme y estoy ordenando todas mis cosas y bueno. -dije mientras cogía las cosas que se habían caido de una caja y las volvía a meter.

-Tranquila, no pasa nada -tenía una voz muy dulce y muy masculina a la vez, deducí que sería un chico de mi edad, unos 22 o 23 años. -deja que te ayude.

-No de verdad, no hace falta em -no me dejó terminar.

-Que sí mujer, también a sido culpa mia por no mirar.
Al agacharse me miró y me mostró una sonrisa. Era precioso, tenia los ojos algo verdes, y una sonrisa perfecta en la que pude apreciar todos sus dientes. Le devolví la sonrisa y seguimos recogiendo las cosas del suelo.
Cogió algunas cajas y me ayudó a subirlas. Terminamos de subir todas. Nos quedamos en la puerta mientras dejábamos las dos últimas en el suelo.

-Muchas gracias. -dije mientras apoyaba mis manos en los mulsos, haciendo que estas se tensarán.

-No hay de qué -me dijo mientras se quitaba la capucha. Tenia el pelo castaño, y estaba despeinado. -y sí necesitas cualquier cosa, vivo dos pisos más arriba. -me mostró una de esas preciosas sonrisas que en tan poco tiempo ya me enamoraba.

-Lo haré, muchas gracias de verdad, adiós. -me acerqué para darle dos besos, entre en casa y veía como subía las escaleras.

-No me has dicho como te llamas. -me gritó desde arriba.

-Noa, me llamo Noa, ¿Y tú?

-Caden.

| Psycho |Where stories live. Discover now