3 años despues

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Cassia

Pongo en orden lo último en mi maleta. Me siento tan feliz que quiero llorar. Un verano con la abuela Elizabeth. Un verano con ella, siendo libre porque mis padres se irán a un crucero por el caribe como recomendación del terapeuta de parejas al que están viendo para tratar de salvar su matrimonio.

El terapeuta les dijo que vayan solos y a pesar de la negativa inicial de mi madre mi abuela dijo que ella les pagaría el crucero si ellos me dejaban todo el verano con ella en su casa de Miami. Eso cerró el trato para ella. A último momento cuando ya sabía que ella no revisaría mi maleta saque mi cámara fotográfica y la guarde entre los suéteres.

Me puse mi campera con capucha negra y me mire al espejo. Tengo 16 años y parezco de doce, mi cabello demasiado rizado, mis ojos demasiado claros mi piel pálida. Mi madre da uno de sus agudos llamándome y tomando la maleta bajo.

_ quítate esa ridícula capucha Cassia_ dice tironeando de mi ropa y bufo pero me la quito. Mi padre viene y nos mira con el ceño fruncido.

_ vamos tenemos aún tres horas para llegar al aeropuerto, no es momento de discutir. Cassia te lo advierto no pidas nada, no hagas sociales con la gente del avión y lleva tu libro de historia medieval a mano y estúdialo todo el verano. Te tomare una evaluación cuando volvamos del crucero_ dice mi padre firme y me rebelo

_ eso es injusto ustedes se van de crucero ya estudie duro todo el año aprobé todas las materias con 9 y 10 merezco un descanso_

_ tu mereces mano dura para no salirte del camino Cassia y mejor que estudies o se terminara tu tarde libre_ amenaza mi madre. Mis ojos se llenan de lágrimas de frustración.

Me paso el camino odiando sus imposiciones. Todo el año estudio como posesa, no puedo ir de vacaciones sin tener un libro que estudiar de punta a punta. No puedo tener celular ni internet en mi computadora porque es solo para estudiar y lo que necesite buscar mi padre me lo imprime. Sin embargo cuando mi padre está trabajando y mi madre demasiado ocupada con su estirado grupo de amigas amo la fotografía. Mi abuela me regalo una cámara para mis 14 y amenazo a mis padres con que si cuando ella venia la cámara no estaba en mi poder ellos pagarían las consecuencias aunque nunca entendí cuáles serían. Así que aun desde mi ventana o de camino al colegio siempre tomo fotografías.

En el avión trato de leer el aburrido libro pero termino durmiendo todo el viaje. Estoy emocionada de pasar el verano con mi abuela. Ella es genial. Tiene una visión de la vida distinta a la de mama, nunca entendí como podían ser tan diferentes. La abuela venia poco pero cuando lo hacía me llevaba con ella a todos lados y mi madre aunque se enfadaba era incapaz de prohibirme hacer nada que la abuela me permitiera. Llegamos al aeropuerto. Mis padres discuten en voz baja como siempre. Tratan de disimular pero yo sé porque pelean. Mi padre se acostó con su secretaria y ella le envio fotos a mama. Tengo mejor oído de lo que ellos creen. Por eso empezaron terapia. Tenía que agradecerle al terapeuta por decirles que debían viajar solos.

Tomamos el taxi y ellos aun discuten en voz baja y puedo notar los nudillos de mama blancos de tanto apretar su maleta de mano. Papa esta tenso y acalorado.

Después de media hora de viaje el olor a mar me había inundado la nariz y mi felicidad crecía. El taxi por for fin paro. Mi abuela vivía desde hacía unos 15 años en una casa de la playa. Dos plantas de madera acogedora, hermosos muebles antiguos, habitaciones grandes y camas mullidas. Ella amaba cocinar y tenía muchos vecinos de su edad que se juntaban a jugar al bingo , a hacer parrilladas y a charlar hasta altas horas. Bajo del taxi y la abuela abre la puerta, en un vestido largo de verano y sandalias con su largo pelo suelto canoso y esa sonrisa fantástica

Un verano en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora