Parte 1

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Estás escuchando a Sweet T en 92.7 WEMD Slam FM. Es de noche ahora, así que no cambien la línea porque aquí es donde las canciones matadoras explotan a través de sus altavoces, dejándolos con ganas de más. Los llevaré a través de la noche y alimentaré su alma. Llámenme al 1-800-555-SLAM y déjenme saber lo que está pasando en Miami. Ahora echen un vistazo a la nueva canción Juice Box que les he estado prometiendo.

                                                                                               ***

Hasta hace unos años, siempre soñé que una estación de radio sería una elegante joya arquitectónica en Ocean Drive. Las luces intermitentes de neón con las letras del nombre del estudio adornarían la parte superior del edificio, suficientemente grandes para ser vistas a millas de distancia. No me malinterpretes, Slam FM tiene una buena locación a cinco minutos de la playa en el norte de Miami. Pero ellos ocupan el segundo piso de un edificio de oficinas, situado entre un bufete de abogados y un agente de fianzas, casi en el medio de todos los fiesteros de South Beach mirando el jockey a través de los grandes cristales.

La única cosa buena de que mi mamá se casara con Rob Fandango (pez gordo del radio), es que él es dueño de una estación en el top 40. Pero, mientras lleva a mamá a fiestas de aspirantes a celebridades cada fin de semana, yo estoy atrapada en mi habitación, descargando las últimas canciones en mi iPod y escaneando el disco para la próxima sensación de la noche.

Hay algunas celebridades locales como el rapero más caliente; PJ Squid, el cual me encantaría conocer, pero no tendría nada que decirle. Es más como que estoy asustada de que abriría mi boca y nada saliera, o incluso peor, diría algo estúpido.

Bien podría admitirlo, soy tímida. No de la clase que se sonroja cuando alguien te hace un cumplido, si no de la clase que te da ganas de vomitar cuando conoces gente nueva. Cuando era pequeña, pensaba que mi nombre era Tímida Adams. La gente preguntaba mi nombre, y mi madre inmediatamente respondía por mí, "Ella es tímida". Ella incluso lo hizo hace tres semanas cuando nos encontramos con algunas personas de la estación de radio en un restaurante. Fue tan vergonzoso porque ya no puedo esconderme detrás de ella; en vez, ella se puede esconder detrás de mí.

Soy cinco pulgadas más alta que ella, y unas buenas treinta y cinco libras más pesada; soy el árbol de perenne para su palma.

                                                                                              ***

—Teresa, puedes esperar en el carro si quieres —La licencia de conducción de mamá salió disparada de la ranura y ella se enfocó en su espacio reservado en el garaje del estacionamiento de la estación.

Mi cinturón de seguridad ya estaba desabrochado. —No, estoy bien.

Camino un paso detrás de mamá hacia el ascensor. Para cuando llegamos al segundo piso, mi estómago está zumbando. Cruzo mis brazos contra mi pecho e inhalo. Puedo hacer esto. Lo he hecho antes. Solo estaremos adentro durante cinco minutos, como mucho. Mamá tiene que dejar un regalo de cumpleaños que Rob le pidió que comprara para su abogado. Luego estamos libres para mi cita en la tarde con el dentista. Felicidad.

Cuando abres las pesadas puertas de cristal de la estación, lo primero que vez es un letrero gigante de "SLAM" rojo y azul, colgando sobre un escritorio en forma de u grande.

Además de la zona de la recepcionista, la entrada es lo suficientemente larga para contener dos sofás rojos y una mesa llena con revistas de Rolling Stone1 revistas de la industria musical. Hay un hombre pequeño con una barba de candado y lentes de sol sentado ahí ahora. Está hablando en un tono apurado en su celular. No lo reconocí. Tal vez es un promotor. Espero que este aquí por PJ Squid.

Patty está en el frente respondiendo los teléfonos. Esta por sus cuarenta años, es la orgullosa dueña de un peinado de los setenta, y juega solitario entre llamadas. Nos da una media sonrisa mientras pasamos.

Rodeamos la esquina y pasamos el estudio en aire. Mi corazón da un brinco. Daria cualquier cosa por estar ahí, trasmitiendo en vivo, en vez de estar simulando programas desde mi habitación.

Derek, el DJ del momento, esta recostado contra la parte de afuera de la puerta.

—Hola, Delilah —Le lanzó a mamá una sonrisa torcida.

— ¿Cómo va el programa? —preguntó mamá.

—Todo bien —guiñó—. ¿Te gusta tu nuevo auto?

Estoy de pie al lado de mamá, pero él ni siquiera me nota. Nos hemos encontrado varias veces antes, pero nunca hemos hablado. Siempre ha sido al final de una larga mesa en un restaurante o en alguna fiesta de la estación llena con modelos y otras mujeres que no comen para vivir.

—Amo el Lexus, se conduce tan suave —arrulló mamá.

Derek puso su mano en el hombro de mamá. Sus nudillos están muy peludos y también su pecho, para el caso. No creo que los tres primeros botones de su camisa se hayan utilizado alguna vez.

—Te lo mereces.

Trato de mirar dentro del estudio, pero Derek está bloqueando el panel de cristal de la puerta.

—Me gusta pensar eso —río mamá—. Rob sabe lo que me hace feliz.

De acuerdo, esto es todo lo que puedo soportar. Este tipo me da escalofríos. Aclaro mi garganta y apunto hacia el final del pasillo, hacia nuestro destino original.

—Está bien —mamá asiente y se despide de Derek.

Continuamos por el pasillo alfombrado hacia la ventana de la oficina de Rob, frente a la bahía. Cuando estamos unos pies cerca, lo escucho hablando con alguien.

Mamá llega al picaporte. —Tal vez está en una reunión —dije.

—Tonterías, él sabía que iba a venir —Azota la puerta abriéndola.

El DJ Wipeout está sentado al frente de Rob —Siento oír eso... —Rob se detiene en mitad de la frase tan pronto nos ve.

Ambos lucen caras de póker. Llámame loca, pero parece que están ocupados.

Mamá entra, mientras yo permanezco en la entrada.

—Aquí estas, cariño —deja caer la bolsa de regalo en la mesa de Rob y le da un gran beso en los labios.

Él sonríe, pero no se mueve. Mamá mira a Rob, luego a DJ Wipeout. —Discúlpenme,

¿Interrumpí algo?

—Aaron nos deja —dijo Rob.

¿Qué? De ninguna manera. Él tiene un buen programa, La Cabaña del Amor "Donde la lujuria está siempre en el aire"

— ¿Por cuánto tiempo? —Mamá desliza su anillo de bodas hacia arriba y hacia abajo.

Rob golpea su raza de café con un bolígrafo dorado. —Él renunció.

La mandíbula de mamá cae. Una pulgada más cerca del escritorio.

—Voy a trabajar en la ganadería de mi tío en Texas —Wipeout pasó su mano por su cabeza rapada. Pude ver un poco de su tatuaje en su brazo que dice "Rock o Muerte."

De ninguna manera. Él va a desperdiciar su sexy voz rodeando vacas todo el día y entrando en el estiércol.

—Eso es lindo —Mamá sonríe.

—La Cabaña del Amor no será lo mismo sin ti —dijo Rob—. No tengo ninguna idea de quien podría remplazarte.

¡Yo! Quería gritarlo. ¡Puedo hacer el programa con los ojos cerrados! Pero en vez de decirlo me quedo allí más muerta que un alce de peluche.

—Lo siento, amigo —Wipeout soltó un gran suspiro—. Pero esa es mi vocación.

Sí, la mía también.

Esta es Sweet T en vivo en La Cabaña del Amor, con la esperanza de que todos sus sueños se hagan realidad...

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2016 ⏰

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Shrinking VioletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora