诅咒

02//the boy✿

Limpio el sudor de mi frente, cansada, mientras que sacudo suavemente mi pierna cuando notó que la sangre del caminante a manchado más allá de la suela de mi bota.

—Hey —llamó al niño que se encuentra plácidamente dormido en el suelo— ¿vaquero? ¿sigues acá?

Rodeo los ojos cuando notó como su pecho sube y baja con tranquilidad, miro a todos lados en busca de alguien que venga con él, sin embargo antes de que pueda hacer el amago de marcharme, los gruñidos de los caminantes me detienen.

— Vamos, debes despertar —le digo en voz baja cuando hago una flexión con mis rodillas y pasó un brazo por mis hombros, y aunque al principio su peso con el mío se me complica un poco. Logró mantenerlo de pie y es en ese momento en que me doy cuenta que su tobillo está fuera de su lugar— eso no luce nada bien.

Tomando un pequeño empujón con el cráneo del caminante para así comenzar a caminar a la pequeña casa. que hasta el momento es mi refugio por un par de días.

— Oye —le llamo nuevamente en voz baja mientras que discretamente veo su perfil, dándome cuenta que un hilo de saliva baja de sus labios— das un poco de asco.

Con una sonrisa divertida puedo notar como en la lejanía comienza a sobresalir aquella pequeña casa y con cuidado que su tobillo no sufra peores daños, comienzo a subir el pórtico con cautela.

— Pesas demasiado —digo soltando un suspiro sumamente largo para después abrir la puerta y dejarlo cerca del sofá que se encuentra a lado de esta— cuando era niña recuerdo a ver visto a mi hermana romperse el tobillo— divague un poco mientras ladeaba la cabeza— el doctor hizo un par de movimientos, supongo, que es mejor que traté de imitarlo a que seguir viendo tu asqueroso hueso.

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—Al parecer no salió tan mal como lo esperaba —digo con cansancio al ver como a quedado la imitación perfecta de cómo reparar un tobillo, y cuando el sol comienza a asomarse por la ventana, sonrío con tranquilidad— otro día más...

Girando lentamente hacia al vaquero, puedo darme cuenta que comienza abrir lentamente los ojos a la par que dibuja muecas de dolor y con sus ojos azulados, comienza a observar la habitación con sorpresa hasta que su mirada termina en mí.

— ¿Quién eres? ¿Qué hago aquí?— pregunta buscando sus armas pero no se podía mover mucho por el nudo de su muñeca— ¿Vas hacer algo conmigo? ¿Estás sola?

—Tranquilo shérif, tu pediste ayuda y yo te di ayuda— respondí sacando mi cuchillo a la par que me acercaba a él y cortaba la diminuta cuerda que lo retenía siempre hay que tener "precaución"— No te haré nada, si hubiera querido matarte te hubiera dejado con tu amigo el caminante—camine nuevamente alejándome de él— y si estoy sola desde hace mucho diría yo.

— ¿Qué quieres de mi? —preguntó sentándose en el sillón—Si crees que te llevaré con mi grupo, estás loca.

Rodeó los ojos fastidiada y agobiada ante sus constantes preguntas y advertencias que no tienen sentido, este chico es muy desconfiado, su voz sonaba fría y directa ¿Qué no puede mostrar un poco de gratitud?