Introducción

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La vida es uno de los laberintos más extensos y engañosos del universo, cuando piensas que estas por acabar el laberinto surge que tienes otro obstacúlo.

Las desiluciones forman parte de este enigmatico laberinto, a veces soñamos, añoramos y deseamos algunas cosas que tuvimos en el pasado, credos, amores, empleos, propiedades en incluso nuestro habito de ser humano.

Si el ser humano, se centraría en no cometer caprichos, locuras o hazañas, este mundo no fuera el mismo. Todos o la mayoría de las personas no tuvieran las mismas fuerzas y el mismo deseo de superación, no tuvieramos un motor que no impulsara a trabajar fuerte en todo lo que deseamos. Eso sí, que todo lo que hemos perdido tiene que servir de ejemplo para ver que todo en la vida se debe cuidar como si fuera el único que hay.

A diferencia de los animales, el ser humano tiene la capacidad de razonamiento. Pero cuando estamos completamente perdidos en un laberinto y en ilusiciones, que tarde o pronto se cumplirán o fallén solo algo palpita...nuestro corazón.

Aquel musculo que se encuentra en nuestro lado izquierdo, ese que según médicos y científicos, es del tamaño de nuestro puño. Cuando ese se apague, ahí, en ese preciso momento podemos decir que todo acabó y que llegamos al final del laberinto.

"La amargura, es el resultado del error."

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