Cierro la puerta de casa, y mi madre me observa esperando una respuesta. Suspiro y camino hacia el sillón, coloco mi mochila en el suelo y miro el suelo algo triste.
—¿Hablaron?- se sienta junto a mí.
Asiento.
—¿Ahora me crees?- pregunta.
—S-Sí mamá.
Y eso significaba alejarme de él, alejarme de Ruben.