Capítulo IV

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Harry había sentido el olor diferente unas noches después de su enfrentamiento con Louis. Eran las cinco de la mañana de un día sábado y había despertado por ese olor. Rápidamente, y hablo de muy rápidamente, se dio cuenta de que el olor emanaba del cuerpo de Louis bajo esas sabanas. Fue un problema muy grande porque no pudo quitarle los ojos de encima hasta que salió el sol y Louis se estiró en el colchón para luego abrir los ojos.

—Ah... ¿todo está bien? —le había preguntado, sentándose lentamente en la cama. Ignorando totalmente que la sabana había caído hasta su regazo y dejaba al descubierto su torso desnudo. Justo ese día tenia que no usar camiseta.

Ah, el calor, claro.

—Eh sí, todo está bien —pero Harry siguió mirándolo, hasta que el olor repentinamente desapareció. Olfateo los restos del dulce olor en el aire de la habitación por un segundo más y luego giro la vista a su despertador. Eran las nueve de la mañana. Se había quedado mirando a Louis cuatro horas. Era todo un alfa campeón.

Louis se paró de su cama y no pareció darse cuenta de su olor, simplemente abrió el closet y comenzó a vestirse. Eso era lo que odiaba de los omegas, tan despistados algunas veces. Harry nunca podía acostumbrarse a ese olor aunque ya llevara tres meses viviendo con Louis. Lo gracioso del celo de los omegas es que siempre viene en etapas cuando se trata de avisar, era por eso que Harry nunca podía disfrutar lo suficiente de ese olor. A veces estaba, a veces no. Una tortura claramente.

— ¿Tomas supresores? —también odiaba lo estúpido que volvía a los alfas, era como estar en una nube constante de lujuria.

—No necesitas saber esa información, compañero —Louis tiró sus pantalones de chándal lejos de su cuerpo y en su lugar puso unos pantalones negros extremadamente apretados. Negro, Harry amaba el negro. Rápidamente se sentó en la cama y comenzó a ponerse unas botas. ¿Qué? Nunca en su vida lo había visto con botas.

Es el celo, se dijo a sí mismo, está poniéndose guapo por culpa del celo.

— ¿Sabes que camiseta se te ve bien? La gris holgada que usas cuando haces ejercicio —eso lo mantendría nivelado.

—Está sucia, Harold —Harry sonrió. Maldita sea ese apodo.

Secretamente amaba el celo de Louis. Siempre se vestía bien, pero en sus celos se vestía como un dios, como un jodido semental. Louis se paró de la cama y saco del perchero la perdición de Harry. Una camisa azul piedra, con botones blancos. Louis siempre se daba cuenta muy tarde de su celo, Harry lo sabía, porque nunca veía a Louis con alguien antes de esos días. Siempre se preguntó si lo pasaba solo. No es que fuera complicado, era un omega, los omegas suelen usar juguetes y esas cosas, no como los alfas... ellos necesitan... un sitio caliente.

— ¿Alguna vez has pasado tu celo con una alfa? —Louis se volteó a Harry con una mueca nada buena.

—Una vez lo hice con una beta, ¿eso cuenta? —Louis se sentó en la cama aun con la mueca—, supongo que no quieres los detalles asquerosos, ¿no?

Harry se ruborizo un poco. Louis y él habían superado casi todos sus problemas, uno que otro mal momento, pero se llevaban bien hasta donde Louis dejaba que se llevaran bien, pero en ese momento si tenía una duda un poco... difícil.

—Solo tengo esta duda, ¿sabes? Si eres un omega, ya sabes... tu eres fo...

—Si, en la práctica definitiva si, ya que es totalmente necesario o sino me parto en dos por el dolor. Tú sabes lo que el celo implica.

Louis no podía creer que estuviera hablando de eso con Harry, el chico que aún tenía el ojo morado.

—Sí, lo se... la pregunta es, cuando estas en el momento... ¿das? —Louis se ruborizó furiosamente al mismo tono que Harry—, Hablo de que las alfas también buscan lo suyo, con un beta o un alfa, usualmente...

I'm Not Your Damn Omega || Larry StylinsonWhere stories live. Discover now