Capítulo II

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—No juzgo tu espíritu, pero nunca había visto a un omega de abogado. Literal —le dijo un beta, momentos antes de que llegara el profesor.

—Supongo que soy la excepción a la regla.

—Bastante excepción, ¿Qué harás cuando te toque hacer un caso contra un alfa? —Louis se cruzó de piernas y miró a Andy como si la respuesta fuera obvia.

—Intentar ganar.

— ¡Pero es un alfa! ¡Las alfas siempre consiguen lo que quieren!

—Eso es porque nadie es lo suficientemente valiente para desafiar uno. Por ejemplo mira al profesor, es viejo, repulsivo y válgame Dios, huele a que nunca ha pasado su celo con alguien, eso es triste, y es la excepción a la regla.

—Si tú lo dices... Hola, Harry.

—Hola —entonces Harry se sentó a su lado. Louis asintió en modo de saludo y se volteó a mirar la pizarra.

— ¿Cómo amaneciste, Louis?

— ¿En la cama junto a la tuya? —Louis se levantó de hombros. Lo pensó un poco y llego a la conclusión de que no preguntar seria grosero—, ¿Cómo amaneciste hoy?

—En la cama junto a la tuya, pero bien a fin de cuentas.

Louis no volvió a preguntar nada. Se mantuvo en silencio hasta que el profesor llego y se obligó a sí mismo a prestarle más atención a su profesor, que al olor que desbordaba Harry. Su celo estaba cerca y eso tenía reacciones en Louis, que el apenas y sabía que tenía. No era que no hubiera tenido historias con alfas, pero nunca con alfas y su olor por todos lados. No iba a decir que no era atrayente, todos eran humanos a fin de cuentas, pero le molestaba que su interior quisiera gemir solo por las oleadas de olor.

Louis se odiaba a sí mismo.

Al salir por fin de clase, comenzó a pensar que el olor de Harry le seguiría por siempre, pero gracias a Dios es que el ruloso le estaba siguiendo. Louis volteó la mirada de nuevo y Harry seguía detrás de él. Freno en seco.

— ¿Qué?

— ¿Qué de qué?

— ¿Por qué demonios me sigues? —Harry se removió incomodo en su sitio, mirando a Louis.

—Solo quería darte un consejo... como amigos —agregó Harry, cuando notó la descompuesta mueca de horror y confusión en la cara del ojiazul. Louis entrecerró los ojos y se inclinó sobre Harry, como si fuera a susurrarle un secreto.

—Sabes que los consejos los dan personas que se preocupan por otras personas, ¿no?

— ¡Lo sé!... no se siquiera porque me... —Harry dejo de hablar abruptamente, cuando el teléfono de Louis comenzó a sonar.

Louis saco su teléfono y miró la pantalla solo unos segundos, e inmediatamente después colgó. Solo tuvo que ver el nombre peligro, para que quisiera que se lo tragara el mundo. Levantó la vista y le volvió a prestar atención a Harry, pero este notó como la mirada de Louis se había apagado considerablemente.

— ¿Y bueno...?

—Sé que esto del derecho debió ser una gran decisión para ti, pero no creo que sea lo correcto, he visto cómo te olfatean esos alfas y comentan como lo harán para que pases la noche con ellos... Ser un omega hombre es difícil, en serio me lo imagino, pero no vale la pena arriesgarse con esos alfas.

Louis no sabía que responder a eso. Sabía que Harry tenía buenas intenciones, pero le reventaba tanto los huevos que pensara que porque los alfas querían acostarse con él, no podía decir no. No era débil, es decir, no era tan fuerte como los alfas, pero podía con ellos, podía con Harry, con cualquier alfa y con Charlotte. Ningún tosco alfa podía con él.

I'm Not Your Damn Omega || Larry StylinsonWhere stories live. Discover now