Adiós a quién solías ser

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Un manto umbrío cubre la noche

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Un manto umbrío cubre la noche. Un sin fin de estrellas se iluminan, diamantes preciosos colocados irregularmente en el cielo, las nubes grises moviéndose al corriente del viento gélido las ocultaba con sutileza.
Seguía siendo una vista hermosa, que afortunadamente solo dos personas pudieron apreciar.

La brisa ondeaba el cabello de dos jóvenes albinos, los envolvía en el frío de la madrugada. Eve, no apartaba sus ojos dorados del firmamento oscuro, inexpresivos, misteriosos, incapaz de revelar sus pensamientos.

Add, era todo lo contrario, sus orbes fucsia expresaban a alguien apasionado, extrovertido, él después de todo a diferencia de su compañera, era un humano.

Un semblante de tristeza invadió al chico, cansado de que el silencio entre ambos fuera sofocante, rompió la tensión en un suspiro pesado.

Ella afirmaba que era incapaz de sentir algún tipo de emoción, era una androide, un ser que desconocía los sentimientos, no reconocía nada más allá de la soledad, el vacío de ser la única en su especie, de haber permanecido décadas con las cáscaras de lo que alguna vez fue su pueblo.

—Eve... ¿En serio debes hacerlo?—

—Si no mejoro mi código, no alcanzaré mi meta.—

Eve deseaba mejorar sus habilidades, avanzar en su objetivo fijo de revivir lo que una vez fue su hogar. Add nuevamente suspiró, posando la diestra en su cabello, rascándose la cabeza en un intento de no enloquecer.

—A veces no sé si estás mal programada o eres estúpida.—

Eve lo fulminó con la mirada.

—Ese alquimista dijo que es muy probable que afecte tu circuito de emociones, es un código arriesgado.—

—Add, yo no tengo emociones.—

—Los tienes, por mucho que lo niegues, no te importaría revivir un montón de chatarra si no los tuvieras, ni siquiera te importaría permanecer al lado de ese mocoso pelirrojo y compañía...—

La albina enmudeció, afirmando las palabras del chico.

El silencio entre ambos nuevamente se presentó creando una barrera por varios largos minutos; Eve frunció el ceño, una expresión dolorosa en su rostro la obligó a apartar la mirada.

—¿Que hay de ti?— Cuestionó la chica.

—¿Eh?—

—Me dijiste que pensabas marcharte, que no ibas a volver hasta arreglar tu pasado. ¿No es eso importante también?—

—Eh... Sí, pero es diferente... Yo no cambiaré.—

His Angel -AddxEve- PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora