Capitulo 3

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El edificio grisáceo y tétrico ubicado en una esquina del barrio Ocean Hill en Brooklyn NY, era el hogar de Sandy, su apartamento ubicado en el cuarto piso de ese sitio era propiedad de su abuela, desde siempre había vivido ahí, incluso antes de que Trevor, el padre de la chica, formara su imperio, ese que ya no les pertenecía.

— Abuela ¿te has despertado tan temprano? – cuestionó Sandy a su abuela que recién despertaba su siesta, por lo regular lo hacía luego de que ella se marchaba.

— Sí, que bueno que has venido a visitarme Kate – dijo Paulline al confundir a Sandy con su difunta madre, Kate Williams.

Pauline Williams, la abuela de Sandy, sufría de una enfermedad llamada Alzheimer, por ello necesitaba cuidados especiales y cada vez que la olvidaba su nieta sufría mucho, incluso odiaba que la confundiera con su madre, no porque no quisiera a su progenitora, más bien, debido a que le hacía recordar los estragos que esa traición por parte de Richard Graham había dejado en su familia.

Sandy culpaba a Richard incluso de la enfermedad de su abuela, por que daba la casualidad que luego de la trágica muerte de sus padres en ese accidente, donde de igual manera recibieron la noticia de que todos sus bienes se les habían sido arrebatado y por ello al escuchar esa llamada, Trevor perdió el control de su auto, invadiendo el carril contrario, para luego al ver un inminente choque de frente con un autobús escolar, decidiera volantear directo hacia un acantilado donde al instante perdió la vida junto a su esposa Kate.

— No abuela, soy Sandy ¿me recuerdas? – le dijo, sujetándola de la mano y frotándola sobre su mejilla.

— ¿Sandy? – Cuestiono desconcertada Paulline - ¡Ah sí!, ¡Sandy!, que rápido has crecido – esas palabras lograron asomar una sonrisa en Sandy, que al tiempo derramo una lagrima.

— Si abuelita, he crecido muy rápido.

Cuando estaba mirando lo envejecida que estaba su abuela, cubierto su rostro por las arrugas y con los ojos decaídos por los signos de la edad, la rubia no pudo contener su melancolía, lamentando la situación que atravesaba su abuela, al tener que olvidar a su propia nieta, incluso que su hijo ya no estaba, pero a veces para Sandy eso era lo mejor.

En ocasiones cuando rememoraba en fugaces episodios, toda su vida y el hecho que su hijo había fallecido en un accidente a raíz de la traición de esos a quienes por toda una vida considero sus amigos, sufría repentinos ataques, los cuales solo se apaciguaban con tranquilizantes que los médicos suministraban en la sala de urgencias.

— Hola, hola, buenos días – llegó Britanny, quien era la joven enfermera, encargada de cuidar a Pauline mientras Sandy trabajaba en la cafetería.

— Britanny, bienvenida, gracias a dios que has llegado, se me está haciendo tardísimo, nos vemos en la noche – diciéndolo Sandy avanzó hacia la puerta de salida, llevando en su mano un bolso blanco.

…….
Ryan necesitaba percatarse de que su plan se llevara a cabo lo más pronto posible, sabía que Dexter se mantenía pisándole los talones y no podía permitir que él ganara esa batalla, así que bien temprano se levantó con el único fin de continuar su conquista con Sandy, eso de cortejarla le estaba pareciendo algo absurdo y aburrido.

Si bien era cierto que ella le gustaba, no era su estilo tener que aguardar tanto tiempo con una mujer, actuando como un adolescente enamorado, simplemente eso no iba con él, además de que el tiempo cada vez se agotaba y debía cumplir ese último reglamento de su padre, de lo contrario no obtendría lo que tanto anhelaba, por ello debía actuar rápido, haciendo a una lado a ese Ryan puberto que hace mucho tiempo había quedado atrás, dejando a un hombre en su lugar.

Corazón Traidor © (Borrador)Where stories live. Discover now