Morirás» Namjoon

04.

Soo-Yun no supo nada de Namjoon hasta el miércoles de esa semana. Ella no se arriesgó y se mantuvo encerrada en casa, solo yendo a clases y manteniendo una sana convivencia con su familia.

No quería avisar a nadie. Era un acto poco razonable, pero ella consideraba que era lo mejor.

Cuando vio a Namjoon ese día, le regaló una sonrisa y fue a su casillero. El chico, interrumpió su propia plática con sus amigos y salió corriendo en dirección a la chica.

―Hola Soo-Yun.― Fue lo primero que él dijo al estar recargado en un casillero a lado de la chica.― ¿Cómo has estado, Linda?

Ella obtuvo un leve color rosado en sus mejillas y orejas al escuchar como el chico se refería a ella. Simplemente acomodo su cabello y sacó algunos libros de su casillero abierto.

―Bien, Namjoon ¿y tú?

El chico sonrió y acomodo como pudo un mechón de cabello de la chica.

―Me gustaría decirte bien, pero me la he pasado muy preocupado por ti.― El chico agachó la mirada y Soo-Yun llamó su atención con un chasquido.

―He cambiado mi número, solo por seguridad.― Ella saco su teléfono celular, y busco entre sus contactos el mismo que decía "Mi número"

Namjoon quería decirle que ese hecho no detendría al tipo, el buscaría la manera de encontrar su nuevo número y seguiría intimidándola.

Pero decidió guardárselo, tal vez, al final no era tan importante.

...

El viernes, por fin se atrevió a salir. Había decidido salir a comprar algunas cosas para pasar la noche. Sus padres trabajaban hasta tarde los viernes.

De regreso a casa del supermercado, recibió un mensaje y realmente esperaba con todo su ser que fuese un mensaje gracioso de Namjoon o simplemente una oferta de aumento de crédito de la compañía de telefónica.

Pero lamentablemente, no era así.

"Hey, Soo-Yun... Descubrí tu número, espero no te moleste, pero quería recordarte algo. Ojala no se te olvide.

Morirás, eso es un hecho.
Tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero lo harás...
Solo ten cuidado pequeña."

Al ver aquel mensaje, volteo a todos lados. De pronto sentía que la miraban por todos lados. Así que empezó a correr hacia su casa. Cuando estuvo a dos casas de la suya, pudo notar una figura frente a su casa.

Sentía que era su fin. En su garganta se formó un nudo. De pronto el mundo era un lugar completamente peligroso para ella.

Y su única protección era su casa, misma que estaba siendo bloqueada por el enemigo.