Capítulo 37

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Silvia frota sus brazos al sentir la frialdad de la lluvia congelarle hasta los huesos... observa perdidamente los faroles de luz que iluminan la vía, apenas y se distinguen... es una noche tormentosa. Espera nerviosa dentro de su auto con las luces intermitentes puestas, el resplandor de otras luces 'led' encandilan el interior del suyo, se estacionan detrás de ella... mira el espejo a un costado de su vehículo y automáticamente su corazón siente una inmensa calma, no es ningún desconocido... aunque su mente la esté torturando por odiarse y haber recurrido a él, ama tanto verlo llegar hasta allá solo para ayudarla... Jorge abre un paraguas y camina hacia ella, toca el cristal de su ventana y la dicha de verla fuera de algún peligro le crea un agujero en su estómago cargado de alivio.

Frente a frente... no pensaron verse tan pronto ella siente unas fervientes ganas de besarlo y mirarlo al verlo convaleciente con vendas en medio del rostro, pero decide no emitir ninguna emoción; traen tantas cosas por dentro que prefieren callar, porque las palabras no les salen.

Jorge inspira hondo tomando el impulso para atraerla tomándola por la cintura con una mano, sosteniendo el paraguas con la otra... ansioso de saciar su necesidad de refugiarse entre sus brazos, la ha extrañado tanto... ella no lo rechaza y deja que los brazos rodeen su torso reposando su frente en el cuello de él por automatismo, prefiere dejarse envolver en aquella calidez que le brinda tanta protección en medio de los truenos y esa lluvia tan implacable... él besa su cabeza una y otra vez dándole un estrujon con fuerza.

- ¿Estás loca? ¿Qué haces conduciendo en una vía tan solitaria a estás horas? -le reclama con rudeza por lo preocupado que se sentía.

- ¿Loca?, loca no, DEMENTE por llamarte precisamente a ti... ¡Mejor vete! yo espero a que cese este torrencial y me voy en MI AUTO, total ya llevo varias horas aquí... -lo empuja por su abdomen odiando el momento en el que detuvo su auto bajo la lluvia y lo llamó asustada: - ¡NO TE NECESITO! - le grita altanera evadiendo su mirada.

Jorge se altera, ante la prepotencia de ella.

- ¡Sí! estás demente... ¿Sabes que pudo pasarte algo? o sea detienes tu auto porque no te gusta conducir cuando llueve, pero lo detienes en una vía tan fantasma a media noche... cualquier loco pudo hacerte daño... y ahora te pones tus moño de "niña valiente"... ¡ERES UNA MALAGRADECIDA!

- CLARO QUE NO - replica grotesca.

- CLARO QUE SÍ - supera su tono alto con imponencia.

Silvia le da un codazo en su costilla para abrirse paso y poder refugiarse nuevamente en su auto... Jorge apenas logra apartarla de la puerta, alzándola por la cintura con un solo brazo mientras sigue sosteniendo el paraguas... ambos forcejean, pero él logra dominarla.

- "¡CARAJO, BASTA!... ¿No me entiendes?" - ella lo escucha tan desesperado, que prefiere callar para dejarlo hablar: -"Gracias por recurrir a mí, después de todo lo que nos dijimos... de solo imaginar que aún estuvieras sola y que algún demente, denegerado pudiese aprovecharse de ti en esta área desolada... me aterra, mataría a cualquiera que te haga daño" - termina rebotándole el aliento en sus labios. 

Un fuerte trueno los espanta a ambos, de inmediato la niña asustadiza que ella lleva por dentro sale a flote refugiándose en él con fuerza, lo abraza con tanta intensidad, le tiene pánico las lluvias así y más si está a la intemperie de un estacionamiento desolado, de una pequeña cafetería a orillas de la vía... él sonríe disfrutando de su cercanía y por lo frágil que llega a ser, aunque intente no demostrarlo.

¿Sabes cómo Amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora