Capítulo 5

38.8K 2.2K 352
                                    

Editado.

Cuando llegamos a la mansión de Alexandro, pude al fin salir del coche. Pegué un gran portazo al cerrar la puerta, pero no me importó. Caminé hasta el salón con ellos pisándome los talones.

— Ahora me vais a explicar que pasa — exigí cuando me di la vuelta y los enfrenté —.

— Addeline esto es un asunto que tengo que manejar yo... — intentó hablar Alexandro, pero obviamente lo interrumpí.

— Tengo todo el derecho a saberlo cuando mi vida ahí fuera estaba en peligro — puntualicé —.

No les estaba haciendo mucha gracia mi último comentario, pero no me rendí. Quería saber qué estaba pasando con ese hombre.

Y la opción de dejarlo estar no existía.

— Addeline no te metas en esto — dijo Dan por primera vez. Lo fulminé con la mirada y este trago en seco, no queriéndose meter más —.

— ¡Claro que me voy a meter! ¡Por culpa de ustedes que a saber de que trabajan, estuve apunto de morir de un maldito balazo! — al volverlo a recordar, me dio más rabia aun — ¿¡Qué se creen!? ¡Seguro sois unos mafiosos de mierda que le deben dinero a ese hombre! — chillé —

Cuando la última palabra había salido de mi boca a Alexandro se le cambió la cara. Se quedó pensativo durante unos segundos y cuando creía que no iba a pasar nada, se abalanzó a mi, agarrándome del cuello y levantándome del suelo. Al no tener la respiración necesaria empecé a gemir de dolor.

— Te lo avisaré una vez Addeline, esta es mi casa y son mis reglas, estarás aquí el tiempo que a mi me salga de los huevos,si digo que te calles te callas, si te digo que te vayas, te vas. ¿SABES QUE PASA? ¡Que sí, soy un mafioso de mierda como tú has dicho! Así que ya sabes, no me toques los huevos y no te pegaré un tiro en la cabeza, zorra — escupió pegando su boca a mi oreja. Mi cuerpo tembló al sentirlo tan cerca de mi. Y me odié por eso

Dan nos sorprendió a ambos y nos separó. Alexandro no tenía ninguna intención de irse, después de forcejear un buen rato con Dan, este acabó saliendo del salón.

Solo así me permití caer en el suelo, con la espalda pegada a la pared. Los sollozos controlaron todo mi cuerpo durante unos segundos.

No lo entendía, no entendía como ha la podido llegar a esta casa. Sería solo una semana, una semana donde sería el punto blanco de cualquier otro tío que Alexandro le deba dinero.

Le levanté y maldecí a Alexandro en silencio. Por haberme traído aquí, y por haberme puesto en esta situación. Caminé hasta llegar a la habitación y después de entrar, cerré la puerta con el seguro.

No estaba segura en ningún sitio de esta casa.

Me puse mi pijama que consistía de una camiseta corta y un pantalón de pijama corto y me metí en la grande cama, donde al segundo caigo en los brazos de morfeo.

Narra Alexandro

Dan me agarró y me sacó del salón donde seguro dejé a Addeline llorando y con miedo.

Venía nervioso por culpa de Jhon, y que Addeline me gritara fue la gota que colmó el vaso. Es cierto que había pagado con ella toda la tensión que tenía por culpa del puto ese, pero no podía evitarlo.

Al recordar como me gritó, le pegué a la pared un puñetazo y estuve así un buen rato, desahogándome. Dan me observó con cautela, esperando cualquier movimiento raro de mi parte. Sabe que si se le ocurre decirme algo, acabaría pegándolo a él.

Atrapada © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora