El inicio del show.

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[Louis]

Desperté feliz, como desde hace tiempo no lo hacía. Con una sonrisa en mi cara me giré sobre la cama para ver a Hazz, su cabellera, sus hermosos ojos y sus labios; pero para mi sorpresa, él no se encontraba allí. Fruncí el ceño ligeramente, de seguro él estaba haciendo el desayuno.

Vi la hora en mi celular reposado sobre la mesita de noche. Más del medio día, realmente duermo bien con los brazos de Harry alrededor de mí.

Me levanto con pereza para darme una ducha e ir a buscarlo.

El agua tibia hace que mi mente se despeje. Realmente nunca me había imaginado en una situación así: enamorarme de mi mejor amigo, un cliché demasiado común como de películas; pero al haberlo experimentado, y estar viviéndolo en estos instantes, no lo parece, aunque sigue siendo casi irreal. Por otro lado está el hecho de que me enamoré de un hermoso hombre de cabellera rizada, con esos ojos que cuando los miras ves profundidad y un brillo especial, aunque Harry es especial, sobre todo para mí.

Siempre tuve mi sexualidad bien definida, al parecer, a la vida le gusta sorprender a la gente y sobre todo a mí, ahora teniendo una relación sentimental con mi compañero de banda. Gracias a la vida y sus sorpresas.

Salgo sonriente, porque eso es lo que hago ahora sin esfuerzos: sonreír.

Al entrar en la cocina, Harry se encuentra haciendo el desayuno; en la posición en la que está, puedo darme el lujo de apreciar su descubierta y fornida espalda, me acerco silenciosamente, abrazándolo por la cintura y depositando besos ahí. Él se estremece ante mi contacto.

—Me asustaste.— dice con su raposa y ronca voz.

—Era la idea.— sonreí. Él se gira tomándome por sorpresa, su sonrisa traviesa y su mirada cargada de amor.— ¿qué?.— pregunto cuando no aparta la vista de mi.

—Nada.— dice, dándome un beso en los labios.

—Algún día sabré qué es esa nada.— hice un puchero y me senté en el taburete.— ¿qué preparaste?.

—Tocino y huevo.— sonríe mostrando la sartén, depositando la comida en un plato blanco y entregándomelo.— disfrute, señor Tomlinson.

—Con el mayor de los gustos, señor Styles.— no me había dado cuenta de lo hambriento que estaba hasta que el aroma de la comida invade mis fosas nasales, con mi tenedor me llevo el primer trozo de tocino a la boca, degustándolo.— esto te quedó genial, Hazz.

—Ve despacio, Boo.– ríe mi acompañante sentándose frente a mí y comiendo también.

El resto del desayuno, por alguna extraña razón lo llevamos en silencio, y no hablo de esos silencios cómodos o incómodos, sólo un silencio que nunca se ha visto en la historia desde que nos conocimos. Sabía que algo daba vuelta por su cabeza, ya que la manera distraída de balancear el tenedor sobre la comida, me dio una ligera idea.

—¿En qué piensas?.– pregunté mirándole fijamente.

—No quiero arruinarte el día.– susurra sin mirarme.

Hazz, sabes que me puedes decir lo que sea.— empecé a asustarme.— vamos, dime qué pasa.

—Pensaba...pensaba en lo de Modest!.— dice haciendo una mueca. Suspiré aliviado.

—Pensé que sería algo peor.– susurré.

—¿Cómo qué?.– preguntó mirándome por fin.

—No sé uhm....algoasícomoquemedejaras.– digo nerviosamente.

—¿Disculpa?, no te entendí.– alza una ceja.

Stubborn Love.  [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora