~Capitulo 2~

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Dejo que el agua que corría lo envolviera relajando todos los músculos, tomo una toalla para envolverse la cintura, frente a él estaba un espejo donde se secó el pelo y volvió atárselo, era demasiado largo pensó. Escucho la puerta que daba a la calle abrirse, ya había llegado dispuesto a salir se colocó una toalla doblara por encima de sus hombros.

El abrir la puerta hizo que todo el vapor se expandiera por el interior de la casa, le había sentado muy bien expulso del todas las cosas negativas. En la entrada visualizo a un hombre sentado sacándose las botas, con el símbolo del remolino en la espalda, su pelo parado en punta y plateado se notaba ese nudo que sostenía ese pañuelo.

-Bienvenido- Le saludo en la distancia.

El hombre se dio vuelta para sonreírle -Estoy en casa-

-Voy a cambiarme y cenamos- Dándole la espalda yendo a la habitación.

Unos brazos largos blancos le atraparon por el cuello, eso le vino con la guardia baja sintió el mentón del mayor apoyarse en la parte superior de la cabeza. Era cálido estar en esos abrazos que solo él le daba aunque nunca se lo fuera a decir.

-¿Te fue bien en la misión?- Le pregunto para sacar algún tema.

-Si- Parecía sonreír y pegaba mas su cuerpo hacia el -Fueron tres días interminables-

-No, no exageres has estado semanas en otras misiones- Tartamudeo, viendo para otro costado.

-Es verdad- suspiro -Pero fueron tres días sin mi Iruka-

La última frase se la había susurrado en el oído, haciendo estremecer al moreno. Él se encontraba con solo una toalla que le cubría y Kakashi seguía con todo el uniforme puesto, aun así sentía la fricción de su piel ya conocía cada rincón del igual que el albino a su persona.

-De seguro pudiste sopórtalo- Trato de sonar calmado e indiferente.

-Sí, lo pude hacer- Le confirmo.

Eso le termino en un cierto modo ofensivo, sin saber porque razón se forzó a soltarse de sus brazos, retomando el camino a su habitación sabía que el otro le seguía los pasos. Apretaba los puños con fuerza, claro que podía soportar estar varias noches sin el porqué lo acompañaba ese Gai-san, que remplazaba a Kurenay en sus meses de licencia por maternidad.

Al atravesar la puerta sintió el agarre en su muñeca izquierda no podía soltarse, se le acelero el corazón tanto por la rabia como el sentir la piel del otro, agradecía que las luces estuvieran apagadas solo un foco proveniente de la calle podía iluminar los pocos rincones de la habitación.

-¿A caso te ofendí?- Le pregunto en forma seria.

-No, para nada- Negó en sarcasmo, tironeando para alejarse.

-¿Seguro? A mí me suena que estas enfadado- No le quería soltar.

Eso le pareció de lo más molesto, no le tomaba enserio -¿Porque no vas hablar con ese profesor de peinado ridículo?- Le acuso.

-¿Peinado ridículo?- Lo pensó en vos alta -¿Que tiene que ver Gai con todo esto?-

-No sé, tal vez porque parecen muy íntimos caminando los dos juntos en el mercado- Cada vez parecía más enojado.

-Recién acabábamos de llegar y solo íbamos a reportar lo de la misión a la hokague- Le explico también levantando la vos.

-Claro, como si el necesitara ayuda para que lo acompañaras- exageraba al hablar -en vez de dejarlo y buscarme a mí para avisarme que volviste- Se puso más rojo que un tomate al reflexionar en lo último dicho.

-A sí que es eso- Hablo con fastidio el plateado.

Pego un tirón asía atrás del brazo que tenía bien agarrado, quedando enfrentados tomándole de la cintura impidiéndole así escapar. Iruka completamente avergonzado intento cubrir su rostro mirando sus pies, aunque solo se encontraba con el torso del mayor.

KakaIru (~Yaoi~)Where stories live. Discover now