30 - La derrota.

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ADAM:


Estaba un poco oculto en la cocina, cuando escuché que Thomas dijo que se iba a ir del país. Que nos iba a dejar mí, a Loyce y a todos los demás... Los que somos sus amigos.

La noticia fue como una patada en la entrepierna, estaba impactado. No podía pensar en la remota idea de perder a mi mejor amigo, a mi hermano. No, me negaba a aceptarlo.

Cuando escuché detenidamente como Andrew se burlaba de Thomas porque Chad este bailando con Loyce. De inmediato supe que él iría a quitarle a su ángel... Y así fue, Thomas rápidamente se encaminó hacia Chad. Y yo salí de mi escondite.

— ¡Pero miren quién es! ¡El gran "Adam roba chicas Scott"! —exclamó bromeando Andrew. Pude notar a cierta distancia que él ya estaba borracho. El olor a cerveza impregnado en él se percibía con sólo olerlo a unos tres metros de distancia.

Me reí. — Cállate, idiota borracho... ¿Qué estás haciendo en estos lugares? Pensé que te habías retirado de todo esto —pregunté, y era verdad. El gran Andrew después del fallido intento de querer intentar algo con la mejor amiga de Loyce, que lo llevo al inminente fracaso, lo llevo a la conclusión de retirarse del mercado... O eso escuché.

Andrew bufó, mientras se bebía otra cerveza. — ¿Yo retirarme? —se río con una carcajada seca—. Nunca. Y menos por esa chica, llamada... Bueno, como se llamé —Andrew ya estaba muy borracho. Pude ver como los ojos se les cristalizaban. Andrew estaba vulnerable, nunca lo vi así, y todo esto es por una chica.

— Vamos Andrew —dije tomándolo por el brazo izquierdo—, ya acabó tu hora, amigo.

Andrew forcejeó conmigo hasta que se libró. — Déjame en paz, Adam. Yo no te digo que hacer con respecto a Thomas con Loyce —dijo Andrew molesto, mientras señalaba a alguien en la pista de baile. Al darme vuelta y fijarme bien, supe quién era al que señalaba... Era Thomas bailando con Loyce.

Sentía como la derrota se mezclaba en mi interior con la tristeza... La tristeza de saber que Loyce en realidad nunca va a ser mía, ¿cuántos momentos realmente buenos habremos tenidos? ¿Dos? ¿Tres? No los suficientes como Thomas con ella. Sé que Thomas se ganó ya parte del corazón de Loyce, lo sé, por las miradas que comparten cuando bailan; pensando que sólo están ellos en su propio mundo, una burbuja irrompible que la mayoría de los presentes envidiarían. Yo los estoy envidiando, y por una vez en la vida, quiero decir: Me encantaría ser como mi primo Thomas.

Me encontraba a las afueras de la fiesta. Según mi reloj, marcan las tres de la madrugada. Estaba sentado en el cordón de la vereda, mirando las estrellas infinitas que alumbraban junto a una luna llena. La noche estaba fresca, y la fiesta ya se estaba apagando. La botella de cerveza en mi mano, todavía le quedaban rastros de un intento de olvidar aunque sea algo de esta noche.

De repente, un automóvil se detiene a pocos metros de donde yo me encontraba. Era un automóvil de cuatro puertas, con vidrios polarizados y de color negro. Y de allí sale una espectacular chica rubia. La chica vestía unos vaqueros negros rasgados, con un crop top rosa chicle, y unos tacones bajos del mismo color que su top.

Cuando se terminó de bajar, el automóvil se encendió nuevamente, y salió despegando hacia la carretera. La chica se sacudió su cabello rubio, y al ver que la fiesta se estaba apagando, la sonrisa de su rostro desapareció. Y se derrumbó a pocos metros mío.

— ¡Qué tonta, tonta, que soy! ¡Angélica, por qué mierda te crees siempre lo que dicen esos idiotas! ¡Ugh!

Miré a mí alrededor en busca de una Angélica, y al ver que no había ninguna, supuse que ese era su nombre y que estaba hablando sola.

Rebel Souls © [Editado].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora