CAP. 26

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POV LALI

Llegue a la Argentina y lo primero que hice fue ir en busca de mi chiquito, quien me recibió con múltiples besos y abrazos. Una lagrima salió de mi cuando lo abrace y recordé todo lo pasado en esa casa con Mariano. Lo miré a los ojos, esos ojos de el, y me sonrió con esa sonrisa que solo el papá tenía. Eran tan iguales.

- Te extrañe mucho mi vida -  lo alce en brazos y le llene la cara de besos

- Yo también ma - me abrazó fuerte con sus chiquitos brazos

- Tengo una idea... ¿Qué tal si vamos a casa preparamos las cosas y nos vamos a un parque de diversiones? - A mi hijo inmediatamente le empezaron a brillar los ojos y en cuestión de segundos me estaba tirando del brazo para que llegáramos rápido a casa.

Necesitaba esto, estar con mi chiquito, sentirlo cerca, mirar su sonrisa, sus ojos... Con el no me hacía falta nada más.

Llegue a casa y nos pusimos ropa cómoda para emprender un pequeño viaje hasta el parque de diversiones donde pasaríamos todo el día.

- Ma, ¿mañana empiezo el colegio? - preguntó con un aire desganado y reí melancólica.

- Si mi amor, mañana empezas. Ya te me haces grande

- Ya soy grande - levanto sus brazos y los estiro lo más que pudo intentando tocar el techo del auto sin éxito.

- Crezcas cuanto crezcas, y tengas los años que tengas vas a ser mi chiquito siempre.

Mi hijo sonrio y miro por la ventana, en cuestión de segundos sus ojos se cerraron sumergiéndose en un profundo sueño, aún nos quedaba una media hora de camino.

Disfrutamos de todas y cada una de las atracciones del lugar, y volvimos cargados de peluches que habíamos conseguido en los jueguitos.

Mañana sería un nuevo día, mañana mi hijo empezaría el colegio y yo iría a la empresa. Tendría que volver a cruzarme con el, parecía que el destino se empeñaba en ponerlo en mi camino. Mi vecino, mi compañero por suerte solo lo veía de pasada ya que con el no tenía que trabajar sino con su socio.

POV MARIANO

Llegue a casa perdido, con sentimientos extraños en mi, la felicidad me inundaba pero a decir verdad había un destello de tristeza que me hacía no disfrutar plenamente de esa felicidad. El no tenerla, a pesar de lo que vivimos me hacía un hombre infeliz.

- ¡Mi amor! - gritó Natalie tirandose a mis brazos y aferrándose a mi cuello. No hice nada, no podía mover un solo músculo. Bienvenido a la realidad, me dije a mí mismo en mi mente.

- ¿Qué te pasa? - preguntó separándose al ver que no reaccione a su abrazo.

- Estoy cansado Nat - deje las valijas en el recibidor y la esquivé entrando al living.

Ella se acercó y me abrazo por atrás besando mi cuello insistentemente.

- Estoy cansado Nat - me giré y la tomé de la cintura alejándola tan solo unos centímetros de mi.

- ¿Qué te pasa?

- Nada, solo que... estoy cansado

- ¿Cansado de mi? - me reclamó

- De todo

- O sea que de mi también - su boca dibujó un puchero no muy creíble para mí.

- Del viaje Natalie, del todo el viaje

Se volvió a acercar a mí y metió la mano dentro de mi remera, se acercó a mi cuello y lo besó.

- Mira cómo se te eriza la piel cuando me tenes cerca - susurro en mi oido provocativa y deslizó su dedo índice desde mi cuello hasta debajo de mi ombligo.

- Vos me lo provocas - susurre sobre sus labios y la bese salvajemente, quería borrarme el sabor de Lali, quería quitarme sus caricias, sus besos, su aliento. No quería tener nada que me recordase a ella. Ella no quería tener conmigo nada más que una amistad, y yo no iba a ser su perrito faldero, más aún teniendo cerca a alguien que si me ama.

Tome a mi novia de los muslos y la alce haciéndole enredar sus piernas en mi cintura mientras nos besamos sin pausas, con intensidad, calentura...

El despertador sonó y maldije en voz baja, ayer fue un día muy ajetreado, todo el viaje, todo el día en ese maldito avión. Baje mi vista y levante las sabanas, estaba completamente desnudo, mire a mi lado esperanzado queriendo encontrar algo que no encontré, era Natalie quien estaba a mi lado, era ella con quien había acabado la noche. Pase las manos por mi cara y resoplé, Lali Esposito me estaba volviendo completamente loco.

Después de una hora llegue a la empresa, y Tomás me miró con lágrimas en los ojos, pude entenderlo todo lo único que hice fue abrazarlo con todas mis fuerzas, mi amigo me necesitaba.

- Lo siento mucho - un par de lagrimas cayeron de mis ojos y Tomás me sonrió con su cara mojada.

- Supongo que ahora estar mejor allá... - no pudo terminar la frase, estaba completamente roto.

- Me voy a ir - dijo secándose las lágrimas - me voy a ir por unos días, semanas o incluso meses quién sabe. Voy a recorrer el mundo, voy a cumplir su sueño, fue lo que me dijo antes de... - nuevamente volvió a romperse y lo abracé conteniéndolo.

- Hacelo hermano, si eso te hace bien, hacelo.

- Solo te voy a pedir una cosa - lo miré impaciente - que no dejes sin trabajo a Lali, ella necesita el trabajo y no quiero que por mi culpa se quede fuera. Quiero que sea tu secretaria.

Lo miré sorprendido, Lali mi secretaria, era algo que no sabía si iba a poder llevar para alante, pero había que hacerlo no podía fallarle a mi amigo.

- Si, no te preocupes. De ahora en más hasta que vos vuelvas Lali será mi secretaria.

- ¿Qué? - escuché que decía una voz femenina atrás de mi.

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HOLA HOLA!!! Mmmm más acercamientos entre Lali y Mariano, cuanto más se alejan más se tienen que juntar 😏

ADT: ignorar, tratar mal e intentar olvidar.

Tu me cambiaste la vida - Mariali Donde viven las historias. Descúbrelo ahora