15. Ubud.

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Leia

-¿¡Pero cómo se te ocurre decirme que estás embarazada en este maldito momento?! -Empezó a gritar.-

-¡Porque así no tendré que aguantar tus gritos! -Le saqué la lengua y seguí caminando mientras Troian reía mirando la cara de irritación de Lena.-

-Eres mala ángel. -Me pasó un brazo por los hombros y besó mi cabeza.- ¿A quién se le ocurre decirle a la rubia loca que vas a tener un hijo justo cuándo vamos a coger el avión para Ubud? -Levanté la mano y empezó a reír otra vez.- Te quiero. -Se acerco a mi oído y cogió mi mano tocando mi anillo.- Mía. -Susurró y luego dejó un beso en mi cuello. Amaba estos momentos con él. Bueno, estos y cada segundo que Troian esté a mi lado.-

-Pasajeros del vuelo a Ubud, número 168, el avión partirá en 15 minutos. -Se oyó por unos altavoces.-

¡En 15 minutos empezaría nuestra luna de miel! Sí, nos íbamos a Ubud. Y no podía estar más feliz ya que siempre he querido viajar allí. Por si no lo sabéis, Ubud es una ciudad en Bali. Y es un lugar realmente increíble. Principalmente hemos decido ir allí porque queremos estar aislados del mundo. Relajarnos. Y allí seguro que lo estaremos. Además, en vez de ir a un hotel, hemos alquilado una casita para pasar esta semana. Va a ser increíble. Sobre todo porque Troian estará a mi lado.

~

-Amor... -Escuché una voz.- Cariño, despierta. -Era la voz de Troian. Abrí los ojos y me sonrió.-

-¿Ya hemos llegado? -Dije adormilada pero emocionada.-

-Bienvenida a Ubud ángel. -Me cogió en brazos y me bajó del avión así.-

Al bajar, un bus nos recogió en la puerta para llevarnos hacia un sitio más central ya que el aeropuerto está retirado. El viaje era de una media hora, y yo la pasé entera mirando el asombroso paisaje que tenía ante mis ojos. Eso era el paraíso. El cielo.

-Esto es realmente increíble. -Le susurré a Troian ya que estaba sentada en sus piernas.-

-Y eso que aún no hemos ido a ver los monumentos que hay aquí. -Lo miré riendo.- ¿Qué? Busqué en internet que podríamos ver por aquí, quiero sorprenderte. -Me guiñó un ojo y ambos reímos.-

Ubud será increíble, pero para increíble que yo esté casada con esta perfección de hombre.

Troian

Quién me diría hace tan solo unos meses que me encontraría en semejante lugar de luna de miel con mi esposa. Me hubiese reído mientras escuchaba tal comentario. Pero claro, llegó Leia y cambió todo. A mejor, claramente. Sin ella lo más seguro es que ahora mismo estaría ahogado en alcohol en algún bar cerca del gimnasio. Sin embargo, me encuentro en lo que podría denominarse como el cielo, con un ángel. Mi ángel. Mi mujer.

-Troian, Troian... -Una mano pasaba delante de mi cara y reaccioné. Me había quedado en las nubes.- ¿En qué pensabas? -Dijo Leia riendo para luego seguir colocando su ropa en el armario.-

-En lo jodidamente bien que se ve tu culo en esos shorts. -Dije haciendo que se girara y me mirara mal.- ¿Qué? ¿No puedo decirle a mi mujer lo sexy que es? -Dije agarrándole por la cintura y acercándola a mí.-

-Pues aprovecha las vistas ahora, porque cuando la criatura que llevo dentro crezca, voy a ser una bola andante. -Dijo tocándose el estómago.-

-Seguirás siendo igual de hermosa Leia. -Puse mis manos en su vientre, encima de las suyas.- Te quiero.

-Te quiero. -Levantó su cabeza hacia atrás mirándome y le di un leve beso en los labios.- ¡Ahora vayamos a descubrir mundo! -Dijo aplaudiendo y yo reí. Podía ser tan adorable.-

~

-Joder, cuántas escaleras. -Dije ya sudando. Estaba agotado.- No sé cómo tienes tanta energía aún nena.

-La emoción le gana al cansancio. ¡Eso es asombroso! -Dijo mienrando la entrada del templo Ubud Monkey Forest. Aproveché y le hice una foto. Este sitio iba mucho con ella. Inspiraba paz y tranquilidad. Lo que necesito. Pero ya la tengo a ella y con eso es suficiente. Aunque aún no me lo crea, estoy casado con ella y vamos a ser padres. Y se siente tan bien el saber eso.

-¡Troian! ¡Otra vez en tu mundo! -Dijo riendo.- ¿Tan cansado estás cariño? Que la preñada soy yo. -Soltó una risita y suspiró.- Anda, volvamos a casa.

Tomó mi mano y empezamos a caminar de vuelta a nuestra casita. No estaba muy lejos de dónde estábamos, pero teníamos que pasar por una especie de aldea para regresar. Había gente mayor hablando mientras caminaban, muchos puestos de telas y grupos de niños jugando a la pelota y a lo que parecía ser el pilla-pilla. Seguimos caminando y de repente empezamos a escuchar bullicio. Nos acercamos, y había gente bailando. Era Tek Tok, un baile típico de allí. La gente se estaba divirtiendo bastante, y cuando me di cuenta, Leia y yo estábamos bailando también. Nos reíamos como locos y la gente nos miraba mientras aplaudía al ritmo de la música que sonaba. Cuando acabó, la gente nos aplaudió y le di un beso en los labios a Leia. Luego nos despedimos y continuamos nuestro camino a casa. Había sido un día realmente fantástico.

Leia

Cuando llegó la noche, cenamos y nos acostamos ya que estábamos agotados. Entre las escaleras y el baile, tuvimos suficiente gasto de energía por hoy. Pero no me puedo quejar, ha sido increíble. Y no puedo esperar a que sigamos recorriendo Ubud.

De repente, la mano de Troian se posa en mi estómago y deja leves caricias en este. Sé que nunca se había planteado ser padre. Ni yo tampoco. Pero sé que está tan emocionado como yo. Sé que va a ser un gran padre, igual que un buen marido. Él es el indicado. Esa persona que todos tenemos en alguna parte del mundo. Y yo, Leia Bennett, he tenido la suerte de encontrarlo. Cuando lo vi en aquel ring la primera vez, pensé en todo menos en que acabaríamos así. Pero nunca se sabe como deparará la vida. Y a nosotros, sin duda, nos ha sonreído.

-Seremos una gran familia. -Dije poniendo mi mano sobre la suya.-

-Un poco rara, pero la mejor. -Dijo riendo y besó mi cuello.-

Sabía a lo que se refería. No todos los días encuentras unos futuros padre en los que ella es una tatuadora de no más de metro sesenta y él es un boxeados con más tatuajes incluso que la tatuadora. Pero así somos nosotros y no lo cambiaría por nada.

-Te amo Troian, gracias una vez más por todo. -Lo besé.-

-Te amo ángel, por siempre. -Me besó y ambos caímos en los brazos de Morfeo. Pensando en nosotros, tan raros y únicos como solo podemos serlo él y yo. Ángel y demonio por y para siempre.

Troian.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin