Capitulo 7; Un apellido, una reputación

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-¿Te vale el dueño? –Damian se señalo a si mismo

-Uno de los dueños –Sebastián miro de reojo a Caliope –Bien, así trataremos el tema con dos de los dueños presentes

-Claro –Damian frunció el ceño y señalo su despacho  Mientras caminaba tras ellos no podía dejar de mirar el cuerpo de Caliope  ¿Era su impresión o la temperatura en el Hotel estaba demasiado alta?

Entraron al despacho y todos tomaron asiento, Damian les ofreció algo de tomar y ambos pidieron una limonada.

-¿Y bien? –Damian miraba fijamente a Caliope

-Tenemos un evento que organizar –Sebastián sonrió a Caliope dándole valor

-Una fiesta benéfica para conseguir donaciones para el barrio de Narettea –Ella tomo un sorbo de limonada –Ya tengo arreglados los papeles y toda la organización

-Solo nos queda el lugar –Sebastián levanto las cejas –Y que mejor que el hotel del que Caliope posee acciones

-Claro –Damian la observaba atento ¿fiesta benéfica? Para el peor barrio que había, el de ella  Sin poder evitarlo sonrió –Me parece bien ¿Y para cuando seria?

-Tres días –Caliope respondió segura de si misma –No es mucho tiempo pero todo estará organizado

-Perfecto –Damian asintió -¿Os parece bien los jardines del Hotel?

-Estupendo –Sebastián se levanto de su lugar y tendió la mano a Caliope –Ahora si nos disculpas Damian, tenemos asuntos que resolver

Caliope no dejaba de dar vueltas a lo fácil que había sido que Damian aceptara ¿Por qué?  Miro de nuevo a su alrededor, acababan de entrar en su barrio, Sebastián aparco el auto frente a la que había sido su casa.

-No creo que lleves el atuendo mas adecuado para este lugar –Sebastián miro su vestido y se encogió –Pero no hay tiempo de cambiarse

-No tardaremos mucho –Caliope sonrió y se bajo del auto

Cuando Esteban abrió la puerta de la casa se quedo sorprendido al verla frente a el, pero sobre todo al verla así.

-Estas –el silbo –increíble

-Gracias –ella le dio un beso en la mejilla y después señalo a Sebastián –El es Sebastián un amigo y mi abogado

-Hola –Sebastián asintió

-¿Abogado? –El frunció el ceño, después se aparto para que pudieran pasar –Adelante

-Caliope niña –Bárbara salio corriendo hacia ella y la abrazo fuertemente –Oh vienes acompañada

Pasión GriegaWhere stories live. Discover now