Capítulo 40

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Alas Oscuras

Uriel un ser hermoso sin palabras es irrealmente bello, su piel clara sin verse enferma sino luminosa con luz propia, ojos color cielo claros, su boca llena sonrosada al igual que sus mejillas, alto cabellos castaño dorado largo piel inmaculada , cuerpo atlético tonificado enteramente vestido de blanco, manos de dedos largos como un pianista, como si nunca hubieran hecho un esfuerzo o tocado algo sucio, despedía un olor entre floral e incienso cada vez que se movía, su movimientos eran fluidos, casi coreografiados, era adictivo verlo , oírlo, estar cerca de él te hacía feliz al punto que tenía que estar en aislamiento obligado para no perturbar a los que lo veían, hasta el Cardenal estaba sufriendo por resistir la atracción que era estar frente a este ser divino. Su rostro se iluminaba, su sonrisa cálida, era medicina para quien estaba en su presencia, por eso era una rareza algo impensable escuchar estas frases de su boca.

Debemos exterminar esas abominaciones creadas el Luzbel, totalmente, pero yo no debo intervenir directamente, los hombres deben hacer esto solos, debemos convencerlos de erradicar esto antinatural.

Si es una orden divina no me opondré Uriel, pero ¿cómo debemos proceder?...

Como hasta ahora para evitar pérdidas humanas debemos enemistarlos entre ellos, que se destruyan entre sí, debemos evitar la coexistencia entre los humanos, sino sería poner corderos entre lobos, demasiado peligroso para siquiera pensarlo. Plan B para la lucha un arma biológica completa y definitiva para los sobrevivientes debemos erradicarlos.

La orden divina fue proteger a los humanos...Y por ello haré los que sea_  pensaba mientras miraba al Cardenal _ aunque es mi primera misión estuve siempre al servicio de Gabriel, añoré desde siempre hacer feliz a mi Señor, mi Dios, mi creador debo destruir sin odiar, pero desde que bajé a la tierra y tuve que tomar un manto carnal las emociones son difícil de domar, a veces me siento sobrepasado y me cuesta disimular frente a el cardenal, por eso trato de pasar en meditación, pero las criaturas, las emociones me desbordan.

Cardenal mantenme al tanto por ahora iré a un monasterio en Siberia necesito estar solo pero cualquier cosa me da a conocer con el abad, usted ya sabe de cual hablo, parto ahora mismo.Sin decir más, sin equipaje solo ropa de abrigo y una bolsa con comida preparada previamente.Quiero estar solo lo más que se pueda, esos humanos me perturban, además por una razón desconocida me fue confiado este vestido de carne y hueso, me dificulta mucho mi misión, además estoy sin poderes, no puedo usarlos. Soy mejor que un humano superior pero con todas sus debilidades, hambre, sed, sueño y las emociones, no sé qué hacer con ellas, me da miedo a veces sentir sus olores su fétido aliento cerca de mí, sus manos sudorosas, cómo no mostrar desagrado, como amarlas, su fragilidad me molesta no sé como tocarlos, tengo que evadirme cada vez más, rezo por fuerza.

 Ahí pasa algo escucho gritos, olor a sangre la siento incluso de tan lejos...


Si tus padres nos hubieran dado el dinero sin resistirse, esto no hubiera pasado_ dijo un hombre que aun rebuscaba entre las ropas de los dos cuerpos ensangrentados que yacían delante de ellos, 3 hombres andrajosos y un pequeño niño de unos 11 años pero aparentaba menos por lo delgado que estaba, lloraba sobre la que fue su madre.

¡Oye!, ¿qué deberíamos hacer con él?

Mátalo, no debemos dejar testigos, además moría de hambre o frío, sería más caritativo, jejejeje ¿no lo cree jefe?

Tienes razón hazlo.

Lo siento chico mal momento y lugar.

Cuando el individua levantaba su brazo para descargarlo en su víctima inocente.

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