Capítulo 8 (Noche de bodas)

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Rafael descorcho la botella y lleno las copas. Después se sentó a su lado en el sofá. Le dio una copa y alzo la suya.

-Por dos años de felicidad conyugal.

Ella se echó a reír y toco con su copa la de él. Bebió.

-Delicioso -dijo.

-¿Verdad que si?

-Por ti, Rafael -brindo ella-, mi marido al menos por una temporada. Gracias por salvarme de tener que elegir entre la deportación y vivir... ¿Cómo se dice? ¿Vivir de correr?

-Vivir a la carrera.

-Sí -choco la copa-. Por eso -lo miro, sus ojos negros brillaban.

-¿Y por salvarte?

Bebieron.

-¿Juegas mientras yo gasto un montón de dinero tuyo para la boda?

-He jugado un poco al blackjack.

-¿Ganas?

-Sí, pero he jugado muy poco tiempo. Tenía una idea, así que he hablado con mi padre. He decidido que sigamos con ella, así que he tenido una reunión con Aarón y Fernando.

Sabia, o al menos tenía una idea aproximada, de cual habría sido el tema de la reunión.

-Piensas en algo que venderles.

-Así ha sido. El año pasado, Medina Corp. decidió meterse en la importación de vino.

-Sí, te recuerdo hablar de traer vino de España.

-Así es importamos varias clases ahora. Buena calidad y buenos precios. Recientemente hemos empezado también con Italia.

-Así que a partir de ahora el High Sierra y el Empresario te van a comprar vino.

-Sí -alzo la copa orgulloso de sí mismo -. Los vinos que importamos son perfectos para un momento de crisis. Buena calidad y buen precio. Eso es lo que quiere la gente.

Rafael adoraba vender. Siempre estaba pensando en el modo de cerrar un trato, lo que le había hecho la estrella de los vendedores de la empresa familiar. Su padre siempre intentaba convencerlo de que fuera el jefe de ventas, pero él se rehusaba. Le gustaba el desafío de hacer las ventas. Dirigir a otros no tenía interés para él.

Rápidamente, la copa de Alejandra estaba vacía.

-¿Mas? -pregunto el levantando la botella.

Ella sacudió la cabeza y dejo la copa en la mesita. Había asuntos prácticos que discutir.

El pareció notar el cambio de humor y dejo su copa al lado.

-Utiliza tu primero el baño. Yo voy a buscarme una manta y una almohada -dio una palmada en el sofá-. He dormido en peores sitios.

-¿Rafael? - había estado temiendo ese momento.

-¿Sí?

-Es... es algo que deberíamos discutir -el corazón le latía desbocado.

-¿Qué? ¿Quién usa primero el baño? No pasa nada, ve tú delante.

-No, no es sobre el baño. Es sobre... donde duermes tú. No debes dormir ahí afuera esta noche.

-No seas tonta. No me importa. Quédate con la cama. Dormí aquí anoche y estoy bien.

-Rafael -estaba completamente ruborizada-. Lo siento mucho.

-¿El qué?

-Ahora estamos casados, debemos compartir la cama.

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VOLVIMOS CON MÁS!

Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora