1.- Comenzamos

877 41 8
                                    

-¡Silvia, Silvia! -dije contra sus labios riendo- Me voy a caer.
Ambas reíamos mientras tropezábamos con todo lo que se ponía en nuestro camino. Silvia introducía sus manos por debajo de mi camisa. Antes de llegar al dormitorio me puso contra la pared del pasillo y siguió con sus besos por mi cuello mientras yo me limitaba a jadear. Paro por un momento y me miro a los ojos.
-Eres divina.
Sonreí como una tonta. Sin dejar de mirar fijamente mis ojos me arranco la camisa provocando que cada botón resonara en el parquet.
Comenzó a depositar sus besos en mis pechos, aún protegidos por el sujetador.
-Te quiero.
Por un momento temí. Temí que Silvia parara y se diera cuanta de que todo era un error, pues ella estaba casada. Para mi sorpresa ocurrió lo único que no había pasado por mi mente.
-Yo también te quiero.
Sonreí y ella siguió con su trabajo en mis pechos. Duró poco pues yo levante su cara para darle un beso y acto seguido quitarle su camiseta y sujetador.
-Veo que vas rápido -dijo mientras sonreía.
-Te necesito ya Silvia.
Agarre su culo e hice que se abrazara a mí para llevarla a la cama.
Me aferraba con fuerza a las sábanas disfrutando de todo el placer que Silvia se estaba encargando de darme. Más tarde, cambiamos los papeles y ahora era yo la que escuchaba los gemidos de ella.
Estabamos acostadas en mi cama, cara a cara, yo me dedicaba a jugar con su pelo mientras ella no dejaba de mirarme.
-¿Crees que ha sido un error? -me preguntó.
-Yo no me arrepiento de nada pero aquí... la casada... eres tú -dije con dificultad- ¿Te arrepientes tú?
-Lo repetiría mil veces más.
Le sonreí y la bese.
-Ana, ¿cómo llegamos hasta aquí?
-Pues...

*FlashBack*




Bueno, que es muy cortito pero es como una especie de introducción. Solo espero que os guste.
Muchos besos.

Nuestra esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora