¡El es mío!

Como lo conoci

Narra la autora:

Para Lavi era una mañana normal, hoy era sábado por lo que no tenía que ir a trabajar y podía disfrutar de uno de sus pasatiempos favoritos. Leer en el parque cerca de su casa mientras tomaba un café y veía a las corredoras con sus esbeltos cuerpos pasar por hay y beber algo de agua de la fuente cercana, con un leve carmín en sus mejillas por el esfuerzo. La mañana transcurría tranquila cuando vio a un particular joven sentarse en una mesa cercana a la suya que la administración del parque había colocado hay para los picnis y atraer más público al recinto. "Una cara nueva" fue lo primero que cruzó la mente del pelirrojo quien lo miro con curiosidad. El joven tenía una hermosa tez blanca que iba a juego con su cabello rubio platinado que parecía nieve y tenía unos extraños y llamativos ojos azules profundo que con la luz parecían de un tono más bien grisáceo. El joven parecía sumido en su lectura – el tenía un libro y un café en mano al igual que Lavi- tanto que no se percató de la mirada penetrante del pelirrojo sobre el. De esa manera tan serio y concentrado parecía un personaje sacado de algún cuadro famoso o cuento de hadas, realmente hermoso. Y tal parece que no era el único que pensaba eso ya que una corredora que pasaba por el lugar se había concentrado tanto en mirar al joven que había dejado de mirar el camino lo que terminó con ella estrellando su rostro con un árbol cercano

Ante lo ocurrido Lavi no pudo evitar soltar una leve risa mientras veía como el joven preocupado se acercaba a la pobre chica para ayudarle y administrarle lo que parecían ser primeros auxilios de forma caballerosa logrando sonrojar a la joven. Un posible estudiante de medicina, pensó Lavi por la forma profesional en que el rubio ayudaba a la chica y además por qué según los ojos del pelirrojo el joven no debía tener más de unos 20 años. Finalmente después de unos minutos el chico se alejó de la corredora para volver a su lectura. La chica parecía un tanto decepcionada, algo le decía a Lavi que esa no sería la última vez que vería a la chica correr por ahí. Volvió su mirada al chico que esta vez pareció notar su mirada sobre él y le dedico una amable sonrisa, luego vio que le miraba sorprendido para acercarse a él a paso tranquilo

-es un buen libro – dijo con un tono amable señalando el libro en manos del pelirrojo, este llevó su mirada al libro y salió de su ensoñacion causada por el joven delante de él

-si... Te gusta?- preguntó tratando de iniciar una conversación. El chico soltó una leve risa que le pareció muy linda al pelirrojo mientras el joven le mostraba el libro que anteriormente estaba leyendo. Era el mismo libro que el suyo solo que este se encontraba en su idioma original y quizás por eso no lo reconoció de inmediato

-quizás debería comprarme una copia en este idioma, está la compre cuando viví en Italia y ya está algo gastada – de esa forma, Lavi se dio cuenta de que había encontrado a una persona interesante con quien conversar y quién sabe quizás luego podían hacer cosas más interesantes que hablar

Habían pasado un agradable tiempo conversando sobre distintos libros y sobre algunos de los viajes del rubio que parecía haber viajado bastante en sus cortos años de vida. El pelirrojo estaba apunto de hacer su "movida" e invitarlo a comer algo pero algo rompió el ambiente que se había creado. Ese algo fue el celular del más bajo que empezó a sonar con insistencia

-discúlpame un momento – se excusó alejándose un poco

-responde tranquilo – le sonrió Lavi intentando escuchar la conversación del otro, pero solo logró escuchar algo sobre unas complicaciones, pacientes y otras cosas por el estilo haciendo que el pelirrojo pensara que el joven era quizás un poco más mayor de lo que pensaba y era algún residente en algún hospital

-lo siento me debo ir, hubieron algunos problemas con algunos pacientes en el hospital- explicaba mientras tomaba sus cosas de forma rápida

-entiendo...- fue lo único que logró decir ya que el chico enfrente de él desapareció tan rápido como había llegado