Tras un trágico incidente en su instituto, Carolina es trasladada al Colegio Mayor El Primor. Pero en el centro todos parecen ocultar algo y nadie le explica por qué se comportan de forma tan extraña.
Dentro del aula, un rumor sobre su nuevo tutor o...
Carolina, como de costumbre, se levanta del tirón, se prepara, desayuna, coge la mochila y se va al instituto.
Sigue su rutina; se pone los auriculares y saca el móvil para mirar sus redes sociales:
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Refresca la pantalla varias veces, esperando algo, pero nada. Ni siquiera mira por donde camina, está absorta en el aparato. De normal no pasaría nada, lleva años haciendo el mismo camino. Se lo sabe de memoria. Pero hoy se tropieza con alguien y se le caen los libros que lleva en la mano.
El sol la deslumbra y no consigue ver quién es. Se agacha junto al desconocido para recoger sus cosas. — Joder, perdona, es que llego tarde al trabajo.— Suelta rápidamente el chico mientras la ayuda.
Carolina no escucha nada con la música, así que le hace una mueca para hacerle entender que no pasa nada y se va.
— Oye, ¡espera! — Intenta llamarla pero no lo escucha. Se agacha y recoge algo mientras Carolina se aleja.
Después de caminar unos minutos Carolina se da cuenta que está yendo por el camino de siempre.
— Joder. — Murmura cambiando de sentido. Ahora deberá apurar el paso para llegar a tiempo.
Carolina tiene 19 años; cabello azabache, ojos azules y una enorme sonrisa que pocos han visto. Era de las más inteligentes en su anterior instituto. Muy aplicada para los estudios, siempre ha antepuesto las responsabilidades a cualquier otra cosa. ¿Su vida? A primera vista, aburrida.
Hoy empieza su primer año de carrera, lejos de todo lo que conoce. Y ya llega tarde.
Con la respiración algo entrecortada consigue llegar al instituto. Lee la gran placa que está encima de ella:
"Colegio Mayor El Primor"
Entra al campus y saca un papel del bolsillo mientras entra al centro. No tiene tiempo para contemplar la institución de la que ahora es parte. Recorre el pasillo buscando la clase y se detiene frente a la puerta.
Respira hondo. Se prepara mentalmente, aunque con poco éxito. La abre lentamente. Comparte un incómodo silencio con la clase, que parece haber empezado ya.
Tres chicas con expresión altiva la miran de arriba a abajo mientras que a la otra punta del aula otras dos chicas la miran con curiosidad. El profesor la mira algo pasmado, pero Carolina aún ni ha reparado en él.
— ¿Quién eres? — Suelta con voz atrevida una chica de cabello corto con un chupachups en la boca.
Carolina se queda paralizada en el marco de la puerta, intenta articular palabra pero se le adelanta el profesor:
— Ponte... — Busca con los ojos un lugar para ella. — Ponte aquí delante. Aún no han habilitado un sitio para ti, así que mientras tanto puedes ponerte ahí. — le hace un gesto indicando el asiento para que pase.
Una chica rubia con aires de prepotencia levanta la mano con la intención de contradecir la decisión, pero el profesor le hace un gesto negándose a atenderla.
Carolina cierra la puerta y se acerca al pupitre con algo de inseguridad mientras los alumnos chismosean en voz baja.
— Carolina, ¿no? — Continúa el profesor mientras la chica se acomoda.
Asiente con la cabeza.
— Ella es vuestra nueva compañera — le dice al resto de la clase. — Hoy solo estamos comentando un poco cómo será el curso, no te has perdido nada. — le dice dirigiéndose a ella.— ¿Quieres presentarte?
Carolina mira a su alrededor. Desde su asiento dice:
— Me llamo Carolina. — Saluda con la mano.
— De pie, por favor. — Le corrige con amabilidad.
Se levanta y se gira hacia toda la clase:
— Soy Carolina. Vengo del Instituto de Las Rosas.
El murmullo se intensifica. Los compañeros se miran con incredulidad.
Se frota la muñeca algo nerviosa pero se da cuenta que le falta su pulsera. — Pero me podéis llamar Carol. — Finaliza su presentación y se vuelve a sentar. Se mira la muñeca sorprendida y empieza a rebuscar por su mochila.
— ¡Vale! Yo soy Sam, por cierto. — se da cuenta que está buscando algo.— Fui el profesor de literatura durante bachillerato, pero este año me toca ser vuestro tutor. Además de daros la asignatura de fundamentos. Cualquier problema que tengas me lo comentas.
Carolina deja de buscar y vuelve a asentir las palabras de su nuevo profesor.
La clase continúa con normalidad. Aunque todo tiene un aire snob insoportable, parece una clase normal y corriente. La campana suena y todos recogen a gran velocidad.
— Coco. — dice Sam señalando a Carolina – Serás su guía. Enséñale las instalaciones y todo lo que tiene que saber, ¿vale?
La chica tras Carolina, que la mira sin expresión alguna, no le da tiempo ni a reaccionar que se adelantan dos grupos de chicas. Por un lado, dos chicas rubias junto a una morena, y por otro, una chica pellirroja y una rubia.
— ¿Coco? – Pregunta una de ellas.
Carolina las mira totalmente desconcertada. Busca con la mirada al profesor, pero este ya se ha ido. En realidad, todos se han ido.
Coco se queda unos segundos en duda y culmina su decisión mirando a las dos chicas, como si entregara una mercancía. Estas la agarran del brazo a Carolina antes de que las otras puedan rebatir la decisión y abandonan el aula.
—¿De qué lado se supone que estás?— Le pregunta a Coco una de las chicas que intentaron llevarse sin éxito a su nueva compañera.
Coco se acerca a ella con su mirada apática. Acerca su mano lentamente a su cara y le roba la nariz, como quien juega con un niño, y se va.
¡Bienvenidos a Enséñame todo! Espero que disfrutéis de la historia y compartáis conmigo lo que opináis de los personajes y vuestras teorías de lo que ocurre.
Iré actualizando dos capítulos por semana. Así que en esta semana tendréis el que se consideraría ya como el primer episodio. Esto es una especie de capítulo piloto para poneros en situación. Según la actividad veré si subir con más o menos frecuencia :)
⚠️ATENCIÓN ⚠️
Si fuiste lector/a de Enséñame todo anteriormente o te he pillado leyéndolo ahora, por favor, comienza la lectura desde el principio. Ha habido cambios importantes de guión. No te arrepentirás <3
