cap. 1

8.6K 503 53
                                    

1

De algún modo quisiera que todo esto fuese un mal sueño. Una pesadilla que al abrir los ojos va a terminar y dejar de hacerme tene esta mala sensación que invade cada rincon de mi ser. Queria dejar de sentirme cansada, levantarme como si mi vida no tuviera un destino o algo parecido. 

Sería lo que más desearía con toda mi alma, pero era una lástima que ese no era el mundo donde yo estaba existiendo. Nada de mi realidad.

Yo soy la sombra de uno peor.

De nada más y nada menos que la porquería de mundo real en donde nací, en donde soy una marioneta mas que vive al vaivén de quién la mueva.

Quiero huir, quiero escapar.

¿Por qué no puedo?

No me gusta mi realidad, la aborrezco, la detesto.

Pero soy muy cobarde para acabarla yo misma... no tengo el valor pero si el mal vicio de solo quejarme. 

¿Por qué?

¿Por qué tuve que nacer en este mundo de mierda?

Ahora me doy cuenta de que todo inicio el día en que Carrie Higgins me dio a luz.



Los gritos desde la parte baja de la casa era lo más desesperante que podía estar escuchando a estas horas de la mañana. No es la forma mas bella de despertar, claro. Botellas siendo hechas pedazos contra las paredes, insultos, golpes secos.... No era nada raro que mi padre le estuviera gritando a mi madre y ella como tonta, le pedía perdón por algo que seguramente no era su culpa.  

Esto era la realidad, la que vivo todo los días.

Lo peor de todo, es que no puedo cambiar nada de esto. Y aunque suene totalmente descabellado, ya no se me hace raro que sea lo mismo de siempre. Solo es cosa de todos los días desde que tengo uso de razón.

Uno se termina acostumbrando a donde vive, seguro.

Levanto mi mirada somnolienta y observó hacia la puerta de mi habitación. Cerrada con un solo y único seguro. Como debía estar siempre si no quería algún tipo de problema cerca mío. Prefiero mil vece huir de ellos.

Me coloco de pie algo tambaleante y camino hasta el gran espejo de cuerpo entero que tengo colgado de la pared, de frente observando mi reflejo.

Una maldita muñeca rota... Eso soy. Una que está intentando recoger los pedazos que le quedan.

Las ojeras grises, los labios resecos, el cabello enmarañado...esto es todo lo que soy yo. Es todo lo que hace a Blair Morgan.

Levanto mi blusa y observó con atención la gran mancha morada que surca mi abdomen. Ya no se notaba mucho, es más, ya estaba en su etapa donde perdía parte de su coloración y se confundía con el tono normal de mi piel.

Sería bueno decir que esa es mi única marca. Pero no, tengo más de esas que adornan mi piel pálida. Esas que revelan mi infierno.

Fue un golpe de ese hombre, del que ya casi ni me atrevo a llamar "padre"

¡Él no merece llevar ese puto título!

Un maldito cobarde como él no lo merece. Ese golpe lo recibí de él, llega pasado de copas y se la agarra con la primera que se atraviese en su camino. Para mi desgracia, ese día fui yo. Al principio fue duro y sentí que no podía moverme de donde quede tendida. Aunque solo fue falta del paso de las horas y algo de analgésico para ya no sentir tanto dolor.

¿Lo peor? 

A mi madre diciendo que no debía decir nada de esto a nadie por el bien de la familia. 

Blair: Un susurro casi quedó  (+16) (Editando)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang