Capitulo 8: Los visitantes.

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—Ojalá fueran unos días, he de suponer que pasarán una larga temporada contigo — se burla — se fuerte Élian.

Por la puerta entran tres chicos que probablemente están en sus veintes, se empujan y ríen reforzando el estereotípico comportamiento masculino.

—Saldré a tomar un poco de aire, tengo dolor de cabeza, te dejo el dinero en caso de que la orden esta lista antes.

—Claro, no te preocupes — me da una palmada en el brazo.

Empujo la puerta, el olor de la grasa se introduce en mi nariz, mi espalda se apoya en la fachada del local, observo mi entorno, afortunadamente hay una tienda de autoservicio en la cercanía así podre ir por unas aspirinas.

Avanzo perdido en mis pensamientos, la contaminación acústica tortura mi cabeza, mantengo la vista en mis zapatos y sin querer me golpeo contra alguien derribándonos en el proceso.

—¡Perdona! ¡mierda no fue mi intención! — me apresuro a contestar mientras me pongo de pie — ¿te hiciste daño?... Pero si eres tú.

—¡Hola!, no tenía idea de que nos encontraríamos, ¿cómo has estado? — la sonrisa cálida de Shane me produce escalofríos.

—¿Qué haces por la zona? — le respondo con una sonrisa que no puedo disimular, realmente tenía ganas de verlo.

—Voy a reunirme con unos amigos en las hamburguesas, uno de ellos vive por aquí —adoro la forma en que su apariencia lo hace ver como un muchacho despistado, su rostro es una mezcla de rudeza y la cara de un niño, me sonríe y un ligero temblor recorre mi cuerpo.

—Eric y Diego también están en la ciudad, llegaron esta mañana — se ve sorprendido de escuchar la noticia.

—Tenía pensando llamarte, pero no sabia que usar como excusa — responde rascando su barbilla avergonzado — no quería causarte molestias.

—Descuida, yo también pensé en hablar contigo, pero no quería incomodar — ambos nos miramos un tanto avergonzados ante la situación.

—¿Te gustaría saludar a los muchachos? — le pregunto con suavidad — igual si no quieres no pasa nada.

—Eso me gustaría mucho, ¿Te parece si nos reunimos mañana? — responde apenado — lamento no haberme despedido de ti, pero no te encontré por ningún lado.

—Lo mismo tenía pensado decir — le doy un ligero golpe en el brazo — es una disculpa mutua.

Estoy experimentando una cantidad de sensaciones que se ven interrumpidas ante la potente voz de Jona llamándome a la distancia.

—¡Eh! ¡Élian! vamos a casa — Jona viene con la bolsa y caminando rápido.

—Entonces... ¿Mañana? — me pregunta cuando ve llegar a Jona.

—Los llevaré a dar un paseo, podemos reunirnos al medio día en mi departamento, te enviaré la dirección por mensaje.

—Descuida, llegaré puntual.

—En verdad me alegro de volver a verte — le doy un abrazo y el me corresponde estrujándome con fuerza, pero sin hacerme daño — nos vemos mañana.

—Ya debo irme, probablemente se estén preguntando donde estoy — señalando hacia el local — te veo mañana.

—Hasta mañana.

Adoro su caminar, aún con esa camiseta se nota su gran espalda, admiro los músculos de sus brazos y las venas que los recorren, siempre las he considerado como un distintivo muy atractivo de los hombres, me quedo observando hasta que desaparece dentro del lugar, Shane es simplemente hermoso.

Los Chicos De Alquiler No Se EnamoranWhere stories live. Discover now