Capitulo 8: Los visitantes.

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—Élian.

Es sábado por la mañana y estoy hecho un lío, el estrés me cala en los huesos, mi paciencia se agota con cada minuto que pasa, vamos en el taxi y Eric no para de actuar como un niño pequeño preguntando por cualquier cosa, incluso el taxista se burla por momentos e intuye que mi hermano es nuevo en la ciudad, Diego va sentado a mi lado, se mantiene sereno, pero puedo ver en sus ojos que está igual de emocionado que mi hermano por estar en Chicago.

—¡Aun no conozco nada y ya siento que me encanta estar aquí! — exclama Eric con furor, le pago al taxista y este solo suelta un "bienvenido a la ciudad" para mi hermano.

—Al menos ayúdame con tus maletas, ¿Por qué traes tanto equipaje? — le cuestiono al tonto de Eric.

—No te preocupes yo lo llevo — dice Diego con amabilidad, estoy completamente seguro que mi hermano no se merece a un chico tan dulce.

—El elevador no funciona así que tendremos que ir por las escaleras — Eric hace un gesto despreocupado ya que el no será quien lleve su equipaje.

Tenía en mente que volviéramos a pie al departamento, pero la distancia es considerable además de todo el cargamento que trajo Eric.

—¿Por qué tenias que vivir en un piso tan alto? — se queja Eric — estoy exhausto.

—Al menos pudiste ayudar a Diego — este me da una sonrisa — cargo tu horrible maleta todo el trayecto.

—A veces me sorprende las cosas que hago por amor — responde Diego dejándose caer exhausto en el sofá.

—Luce muy bonito — comenta Eric — no tenía idea de que tuvieras buen gusto para la decoración.

—Algunas cosas ya venían incluidas con la renta, solo pinté de otro color e hice lo mejor que pude, deben estar hambrientos después del viaje ¿qué quieren comer?

—¿Qué tal una pizza? muero de ganas de comer una — responde Eric levantando la mano desde la comodidad del sofá donde ha decidido recostarse.

—En cuanto no tenga piña o cualquier otra fruta encima — se queja Diego.

—Dudo mucho encontrar en las cercanías una pizzería, podría pedirla a domicilio, pero tardará un poco de tiempo en llegar, cerca de aquí hay un local de hamburguesas ¿les apetece? — ambos me dan un "si" bastante simplón, tomo mi billetera y las llaves del departamento, toco la puerta de Jona y alrededor de cinco minutos después abre la puerta.

—¿Qué pasa? — me pregunta cubriendo sus ojos de la luz — estaba dormido.

—Amigo es casi medio día — no parece sorprendido de escuchar la hora — apuesto a que no has comido, iré por unas hamburguesas ¿me acompañas?

—De acuerdo, no tenía ganas de cocinar hoy, deja me cambio.

Mis pasos suenan en la escalera, las deportivas que uso tienen su desventaja y es que suelen resbalar en superficies sin irregularidades, Jona y yo hablamos sobre el tema de Eric y Diego, me escucha con atención mientras yo hablo como perico sobre la situación, pero Jona parece estar más disperso que la mente de mi hermano.

Tan pronto llegamos al local me doy cuenta que hay una molesta fila de alrededor siete personas esperando a ser atendidas, las hamburguesas están a una distancia de trece minutos a pie, obligo a Jona a que haga la fila para ordenar mientras yo espero en la comodidad de los asientos, después de unos diez minutos él también se une a mí.

—¿Planean quedarse mucho tiempo? — me pregunta retomando el tema de los visitantes.

—Eric me dijo que serían algunos días.

Los Chicos De Alquiler No Se EnamoranUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum