-¿Lo has pensado?- A pesar de que le encantaba escuchar a aquella hermosa criatura con aguda voz hablar la lengua del amor, prefería continuar tan importante tópico en su lengua natal. Ambos acostumbraban a hablarla entre ellos para sentirse más cómodos, más iguales y pertenecientes con el otro; era algo que los unía aún más.
Vivían en París, Francia, lo que los tenía obligados a hablar ambas lenguas.

-Si- Un solo susurro fue el que emitió, un solo susurro que cambió todo. Los ojos de Harry se enfocaron en los de su alma gemela frente a él, ansioso por escuchar la respuesta; aún que no sabía si en realidad quería escucharla, es decir, si esta fuera negativa, ¿qué haría él con su vida? Podrían continuar juntos sin ningún tipo de garantía. Por el no había problema, claro está; sin embargo, aún no podía hablar por Louis.–Si, Harry. Márcame–

Y eso fue todo, los ojos del Alfa se abrieron desmesuradamente por el asombro que lo embargó, su amor al fin había aceptado convertirse en su pareja.

No lo pensó más y avanzó lentamente hacia su Omega mientras una sonrisa se trazaba en los rostros de ambos, y es que era de esperarse que la felicidad no aguardara a ser retenida dentro de sus cuerpos. Las frías y desgastadas baldosas del suelo bailaban bajo sus pies descalzos cuando Harry tomó a Louis en un beso pasional.

Sus lenguas bailaban contentas como hace mucho tiempo no lo hacían, encontrándose en la calidez del otro, sosteniéndose a un simple pensamiento.

El Alfa dejó a su pareja en la cama, comiendo su cuerpo con la mirada. El pequeño, sonrojado, exhalaba fuertemente y ansioso por lo que acontecía.

Harry se acercó a él y retiró cada prenda que reprimía su cuerpo lentamente, tomando su tiempo para sentir los segundos pasar a su alrededor.

Ahora que él Omega se encontraba totalmente desnudo estaba ante el deleite de Harry. Su mirada pasó por sus ojos, sintiendo el amor, bajando por las pequeñas pecas que adornaban su pecho pálido y el lunar que escoltaba el lado izquierdo de su ombligo. Él era perfecto por donde quiera que se le mirase.

Se unieron en otro beso, uno más rápido pero a la vez más suave. Louis fue el primero en separarse centímetros de la boca de su amante, tomó entre sus dientes el labio de Harry y lo mordió suavemente, para después rozar sus labios mientras susurraba.

-Déshabiller pour moi, Harry- [Desnúdate para mí, Harry]

La sensualidad rebosaba en su voz cuando Harry se separó y se posó frente a la cama, de pie ante la impaciente mirada de el de ojos azules.

Comenzó por su camisa, siendo los siguientes sus pantalones, zapatos y ropa interior, todo ante le hambrienta presencia de Louis. El pequeño goteaba ya lubricante sobre las roídas sábanas como un mudo grito de atención.

-Vous venez de vous détendre et de me laisser faire le reste, Louis- [Tú solo relájate y déjame a mí el resto, Louis]

Las palabras rodaron en su lengua con un juego sensual para ambos, mientras Harry se acercaba a el pequeño Omega y lo besaba dulce, lentamente. Segundos después bajó sus labios por su barbilla y su cuello, en donde dejó un par de marcas previas mientras el castaño se retorcía debajo de él.

Cuando llegó a sus pezones, admiró por unos segundos aquellos botoncitos rosados antes de dejarse caer sobre ellos, todo hecho sensualidad y tomando su tiempo. Una serie de agudos gemidos abandonaban los labios rojos de tanto morderlos, pertenecientes a cierto Omega castaño.
Tomó entre sus manos un par de mechones del largo cabello de Harry y lo presionó más contra sí mismo buscando de más contacto y placer, mientras mantenía sus ojos fuertemente cerrados y su boca abierta en una muda exclamación que no duró, pues cuando el Alfa siguió bajando por su cuerpo y llegó a su entrada, Louis se deshizo en gemidos.

Déclin [l.s] a/b/oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora