La sociedad del dinero |N.G|

Capítulo 11

   Joana Parker

Tan pronto cerró la puerta y se fué me tiré al suelo a llorar. De hecho, era mi único consuelo en este momento. Seguí llorando como 15 minutos hasta que el chico de la otra vez ¿Hayes se llamaba? Si, Hayes ese es su nombre. Me trajo una bandeja con comida y se quedó viendome fijamente cosa que me dio un poco de intranquilidad. Siguió mirandome hasta que decidió dirigirme la palabra.

-¿No comerás?-se acercó mas a mi.

-No tengo hambre.-dije fría

-Tienes que hacerlo, es por tu bien.-dijo serio.

   Al oír eso me altere y le grité; -¿Por mi bien?.-¿Desde cuando les ha importado que yo coma o no?-le muestro el dedo de en medio.-Púdrete.

-Mira niña, no tengo paciencia para soportarte hoy. De una puedo volarte los jodidos sesos.-abre una mochila.-Dúchate y ponte esto.-Eran unos jeans cortos con una camiseta. Me duché y me vestí. Luego me senté en el colchón.

Un sonido proveniente de la puerta se escuchó. Era Nash que venía a vigilarme y traía consigo una mochila y otra bandeja de comida que me imagino que era para mi.

Me puso la bandeja junto a mi y la otra se la llevó. Era un sandwich, una manzana y un poco de pollo frito. Lo inspeccioné y rebusqué cada pedazo de comida, lo olí por si acaso pensaban drogarme o algo. Soy muy desconfiada cuando alguien me da comida. En los restaurantes solía rebuscar toda la comida antes de comerla cosa que mi madre consideraba de mala educación. No le encontré nada en la comida así que me la comí y sabía exquisita. Cuando me comí todo escuché una risita de parte de Nash y lo miré fulminante.

-Ay Joana, ¿enserio que no confías en mi?-ríe. No le respondí, no quería hablarle. Me levanté para ir al baño pero me empezé a sentir mareada y supe que me había drogado. Me caí y todo se volvió negro.

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Gracias