3.Eres Mía

20 1 0
                                    

-bueno entonces no me dejas de otra... -dijo el a mis espaldas.

-pero que...

Me di la vuelta y este estaba atrás mío, me acercó suave y ágilmente hacia el queriéndome dar un beso, yo puse mis brazos adelante para no estar tan juntos y trate de apartarlo pero él me seguía sosteniendo de la cintura.

-¿qué haces?

-nada -dijo este sonriendo.

-que te crees ha -ya estaba amarga y nerviosa por su cercanía.

-nada, solo que pensé que te caerías y no quería eso -dijo haciéndose al "preocupado".

-para la próxima inventa una mejor excusa y ya suéltame -dije aún más nerviosa.

-no hasta que me digas que sí.

-¿ah? ¿De qué hablas? -le pregunte muy confundida realmente no tenía cabeza para pensar.

-sobre ser mi amiga.

-ni en tus sueños.

Tenía que ser enserio yo no quería ser su amiga, para mí me bastaba con esta relación rara que ya teníamos, no quería más, que parte no entendía!!!

-¿y porque no quieres serlo? -pregunto confundido.

-tengo mis razones, no me hagas enfadar más y s-suéltame -dije casi tartamudeando.

-que no te haga enfadar o que no te ponga más nerviosa.

-solo suéltame o si no te cortare en pedacitos y lo venderé al mercado negro -le dije seria.

-no hasta que aceptes.

-¿y porque quieres que acepte?

-para tener las cosas claras como tu dijiste -maldición y justo ahora tenía que ser atacada por lo que dije, juro que me arrepentiré.

-pero si te digo que sí, ¿me sueltas?

-si -sonrió este.

-¡pero sin trampas! O tu rostro con botox pagara las consecuencias -advertí no quería arriesgarme a nada.

-primero soy más natural que un árbol -dijo aparentando estar ofendido, ¿pero qué tiene que ver el árbol? - Y segundo, está bien -dijo el riendo, no sabía que estaría pensando pero no era nada bueno -No se ve muy bonito en una dama lo que dices hermosa.

-me vale madre si se ve bien o no, que más me queda, amigos, pero que conste que es contra mi voluntad -dije.

-no te hagas a la víctima.

-Es que si lo soy -dije riendo.

-entonces eres mía -dijo este sonriendo pícaramente y seguro que ahora estaría roja porque sentía la cara arder.

-maldita sea, yo no soy de nadie -dije bajo me estaba poniendo más nerviosa de lo normal.

-bueno yo repito lo que tú dices e insinúas.

-yo jamás insinué nada, otra cosa es que tú te hagas esas ideas y te alucines conmigo -dije ya más avergonzada y nerviosa.

-jajaja si tú lo dices.

Llegamos a la puerta y nos despedimos y mientras él se iba me dijo que mañana me visitaría, yo solo reí ante esa idea, como sería esa tarde con él.

I promiseWhere stories live. Discover now