(KHR)Cielo Protector

CAPITULO 13: Shimon

Ohayo! OwÓ7   volvi antes de lo esperado! 

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Serie anime y sus personajes no me perteneces. Son propiedad de Akira Amano. Solo es mio el fanfic! 

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"¡Tsuna-kun!" Enma corrió lo más rápido posible al ver la cabellera marrón fuera de la propiedad Sawada. Nada mas habían llegado hace 1 hora a Namimori desde Italia, Adelheid le había negado el ir al hogar del castaño diciendo que mejor sería que lo viera al otro día en la escuela por el cansancio del viaje. Pero él no se sentía así, es más, incluso podría decirse que estaba ansioso por reunirse con su amigo luego de tantos años (y por eso escapo por la ventana de su cuarto)

"¿Enma?" El mencionado vio como el moreno daba la vuelta hacia el haciéndolo parar en seco y su sonrisa resbalar de su cara

"¿Tsuna-kun...?" ¿De verdad era él? ¿Enserio este chico que tenía en frente de él era el mismo que se fue hace 2 años? ¿Era el mismo chico que había logrado convertirse en su 'mejor amigo'? ¿El mismo que aun luego de amenazar y dañar a su Famiglia había logrado salvarlo del mal que abarcaba a su Famiglia durante tanto tiempo? ¿Era el mismo que lo había perdonado y ayudado? ¿De verdad era él....?

"¡Enma!" El moreno sonrió antes de lanzarse sobre él tirándole en un fuerte y cálido abrazo "¡Tanto tiempo sin verte! ¿No estabas en Italia?" Al ver que luego de unos segundos el pelirrojo no contestaba ni respondía al abrazo se alejo de él manteniendo sus manos en sus hombros "¿Enma?"

"Tsuna-kun..." No habían dudas, sin importar cuánto cambiase por fuera siempre seguiría siendo el mismo cálido cielo por dentro "D-De verdad... de verdad eres tu..." Podía sentir como las lagrimas se agrupaban en sus ojos pero no le importaba, al diablo con eso de que 'los jefes no deben mostrar debilidad'! Había extrañado mucho a su amigo!

Sin dudarlo repitió la acción anterior del otro y se lanzo a abrasarle "T-Te extrañe tanto!" Sintió como el otro correspondía al abrazo

"Yo también"

"¡Creí... Creí que ya no volverías!" Enma lloro sobre su hombro "A-Alonso di Rettile me visito hace unas semanas!" Sintió al castaño tensarse "E-El... El dijo que habías muerto!" Enma lo abrazo con más fuerza "T-Tenia tanto miedo! Y-Y tanta rabia!"

Tsuna sobo la espalda del otro intentando calmar su llanto "¿Y qué paso?"

"Nada" El pelirrojo murmuro molesto "No pude hacer nada, lo siento. Cuando dijo eso... intente atacarle de inmediato, no creí que fuera cierto. Pero aun así la rabia pudo más que yo y..."

"¿Y?"

"El me derroto" De inmediato el castaño lo separo de si pero sostuvo sus hombros como antes mirándole seriamente

"¿¡Te hizo daño!? ¿¡Como esta tu familia!? ¿¡Algún herido!?" Enma negó con la cabeza desviando la mirada.

"No, están todos bien. Ningún herido de gravedad, solo fueron algunos rasguños y moretones" Respondió mientras él otros suspiro aliviado al oírlo

"Me alegro" Enma solo pudo volver a mirarlo con una pequeña sonrisa. Definitivamente si era su amigo, era tan Tsuna el preocuparse primero por la seguridad de los otros antes de cualquier otra cosa. Pensando en eso no pudo evitar soltar una risita que gano una mirada confundida del moreno

"¿Qué pasa?" El pelirrojo nada más lo miro con nostalgia y felicidad en sus ojos

"De verdad te extrañe..." Murmuro sin desviar la mirada de los cálidos ojos caramelo. Había perdido tanto a su amigo, sus días de escuela, sus castigos por llegar tarde o 'alterar el orden' como Hibari y Adelheid les decían, también todos sus momentos dame y el reír juntos. Ser un jefe de la mafia no era cosa sencilla y habían muchas veces en las que deseaba poder renunciar al puesto, era demasiado para un solo chico. Pero cuando estaba con Tsuna... cuando estaba con Tsuna no importaba que tan jefe fuera, ambos eran iguales, podía ser el mismo con su amigo. No tenía que hacerse el fuerte o serio, tampoco actuar en 'modo jefe'. Cuando estaba con su amigo es como si nada de eso existiera, como si nunca hubiera estado en el bajo mundo, como si fuera un civil nada mas, como si no estuviera al mando de toda una Famiglia. Con el castaño cerca de él era como si todo el peso que cargaba en estos años hubiera desaparecido