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Harry es un alma dulce, es un angelito caído del cielo, es demasiado tierno para su edad, demasiado inocente.

Además de muy guapo; alto, con unos preciosos ojos color verde esmeralda, unos gruesos y, al mismo tiempo, finos labios rosas en forma de corazón, con dientes blancos como la nieve, cabello color chocolate rizado y pequeños hoyuelos que se le formaban al sonreír.

Definitivamente era hermoso.

¿Qué podría andar mal en su vida?

Él sin duda parecía un dios griego y aunque muchas chicas se morían por él, otros muchos chicos lo trataban como una escoria, una basura, un insecto.

Así es, Harry sufre de bullying en la escuela, Harry tiene baja autoestima, Harry se lastima a sí mismo, pero eso no lo sabe nadie más que Niall.

Era lunes nuevamente y Harry caminaba por los pasillos hacia su salón de clases, hasta que alguien lo detuvo.

—Pero miren quien anda por aquí —Dijo Alan sarcástico.

—La mariquita —Le siguió su mejor amigo.

Harry bajó la mirada, no quería que lo siguieran hundiendo, tampoco les iba a dar el placer de verlo sufrir, no ese día.

—¿Te comió la lengua el ratón o qué, idiota? —Bramó Alan.

Él negó, rogando internamente porque Niall se apareciera y lo ayudará, como si leyera su mente el rubio se apareció en el campo de visión del rizado.

—¿Porque no vas a molestar a otra parte, Alan?

—Oh, pero si es el gran héroe Niall Horan -dijo en tono burlón-, ¿has venido a defender a tu noviecito?

—Déjalo en paz Gruss, él no te ha hecho nada.

Alan gruñó algo que Niall no escuchó y se alejó seguido de su mejor amigo.

El rubio se giró a ver al ojiverde que aún se mantenía con la cabeza baja.

—Tienes que hacer algo, debes detenerlos pequeño —Suspiró.

—L-Lo sé N-Niall, p-pero no p-puedo, sabes c-como son.

Niall no podía contradecir eso, él estuvo presente aquella única vez que Harry se defendió, recordaba con total claridad los moretones en el cuerpo de su amigo, su nariz sangrando, su brazo roto al igual que su labio y el desmayo que la golpiza le provocó.

Esa vez estuvo tan mal que llegó a parar al hospital, como excusa Harry le había dicho a Anne que se había descompuesto su bicicleta y había sufrido un accidente, desde entonces ella no deja que la use por ningún motivo.

El rubio solo negó, odiaba ver a su mejor amigo así, observo el pequeño gesto que el rizado hizo para bajar la manga de su sudadera e inmediatamente sus alarmas se activaron, sabía que algo iba mal.

—Harry muéstrame tus muñecas —Ordenó.

—¿Q-Qué?

—Alza las mangas de la sudadera Harry, ahora —Demandó el ojiazul, tenía un mal presentimiento.

Harry se mordió el labio nervioso, porque la noche anterior había tomado su navaja y había hecho múltiples cortes por sus muñecas y no quería que su amigo los viera y se preocupara más.

Había prometido dejar de hacerlo, pero le era difícil, sumamente difícil.

—Harry —Repitió el ojiazul.

Niall estaba al borde de un ataque, odiaba que su amigo se lastimará, y más aún, odiaba no poder evitarlo.

—N-Niall y-yo no... —Comenzó Harry.

El Mejor Amigo De Mi Hermana || L.S |EDITADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora