36. "¡Buenos días, fresita!"

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La última declaración de Calum hace que me relaje un poco más y él aprovecha la oportunidad para besarme.

¿Ustedes creen que me resistí? Pues jamás. No soy tan tonta como para llegar a ese extremo de estupidez.

—Te dije que no durarías ni una noche en dormir son mi... —me susurra en el oído haciéndome recapacitar.

¡Estoy cayendo en su juego!

Con un movimiento brusco y rápido lo saco de encima de mí y ahora soy yo quien está encima de él.

Por favor, no sean mal pensadas que mis mejillas... ¡Joder! Ya están ardiendo.

—De aquí no te mueves hasta que me digas como lograste meterte en mi cama. —le digo de la manera más ruda que puedo.

Puedo jurar que vi una llama de deseo en los ojos de Calum, pero fue borrada rápidamente con una sonrisa juguetona.

—Ya te dije...

—¡La verdad! —le grito haciendo que él me mire—. Mira que ahora no hay nadie que pueda rescatarte. —le aseguro sintiéndome malvada.

—No te preocupes por eso... No tengo ni el mínimo interés en ser rescatado.

¿Cuándo va a ser el maldito día en el que yo le gane a Calum Hood?

Todo mi cuerpo deja la postura rígida que tenía hace minutos atrás en los cuales me creía la chica mala y vuelvo a ser la que nunca puede contra el gran Calum Hood.

—Solo quiero que me digas, Calum. —le suelto rindiéndome.

—Ven acá, fresita. —me habla de una manera tierna y con un movimiento ágil me enrolla entre sus brazos en un abrazo muy enternecedor—. ¿Enserio crees que me dejaste siquiera acercarme a donde dormías? —pregunta mirándome de una manera graciosa—. Dios, fresita tuve que hacer tratos sucios y hacer alianzas solo para poder dormir a tú lado. Es que simplemente no puedo contra ti. ¡Jamás te puedo ganar!

Su confesión me produce una sonrisa y me siento... victoriosa. ¿Enserio él cree eso?

—¿Enserio piensas que no puedes contra mí? —pregunto haciendo que él asienta de una manera muy tierna—. ¡Soy yo la que no puede contra ti! Dios, siempre tienes un plan guardado o, simplemente, me seduces con esos jodidos ojos marrones.

—¿Enserio crees que mis ojos son lindos? —me pregunta con un toque de timidez.

¿Calum Hood tímido? ¿Qué sigue eh?

—¿Estas tomándome el pelo? —veo que él me mira de una manera rara por mi frase—. ¡Tus ojos son los ojos marrones más lindos del mundo! —reconozco soltándome de su agarre y saltando en la cama.

—Después de los tuyos, claro.

—¡Por supuesto! —reconozco tratando de sonar como él.

Lo escucho soltar una carcajada armoniosa para mí que me hace caer en la cama para poder contemplarlo.

—Estas aprendiendo, fresita. —me dice como un profesor orgulloso.

—Y del mejor. —le respondo para luego besarlo.

(...)

—¿Cómo pudiste venderme, Ariana? —le recrimino en cuanto la veo.

Ariana me había llamado a la mitad de mi rico desayuno que constaba de un exquisito yogurt de frambuesa con cereales, el cual no me pude terminar y pues claro, Calum estuvo feliz de terminarlo por mí.

Eso había hecho que mi furia aumentara, sin contar con que el calefón se apagó cuando mi cabello estaba lleno de shampoo. ¿Agradable? Para nada. Y todo por salir apurada ya que la Srta. Traidora me necesitaba.

Mi inevitable destino. (Calum Hood&tú) |MDET2|Where stories live. Discover now