La vida que me toco llevar

Nadie nace siendo un heroe. Parte 3

-¡Si señor!

Los soldados rebeldes de dirigieron hacia los almaneces, pues sería lo primero en ser enviado.

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-¡Voy a ser papá!

-Se emociono mas de lo que esperaba- susurro Angel a Morena.

-El es muy así, siempre se emociona demasiado- dijo devolviendo el susurro.

-Oye Ruben dimé algo.

-¿Que pasa Jorge?

-¿Sabes a donde nos iremos?

-No, las chicas son muy impulsivas, quieren algo y a fuerzas lo tienen, son imposibles de cont...- Alondra comenzó a ver al joven con una mirada asesina al escuchar lo decía -¡Quiero decir! No te preocupes, ellas lo tienen todo bajo control.

-¡Saliste mandilon! Seguro hasta tu novia te pega, digame señora Rubengina ¿Qué hay para cenar?

-¡Calmate cabrón! ¡Como si Lorena no te hiciera lo mismo!

-¡Claro que no!- pronuncio el joven con un aire de macho dominante, espalda plateada -Lorena jamas me ha mandado, al contrario, yo soy el dominante, ella hace lo que quiera cuando yo quiera.

-¿De que platican amor?- apareció Lorena justo atrás de Jorge, su rostro mostraba confusión.

-¡N-nada cariño!

-¿Seguro?- su rostro cambio a uno de enojo y ganas de matar - Porque yo escuche que yo soy una simple perra que te cumple cualquier capricho ¡¿Tienes excusa?!

-¡Amor yo!

-Oye Ana- dijo John es susurros.

-¿Que pasa John?

-Mejor salgamos de aquí, permitamos que discutan.

-Buena idea.

Los dos abandonaron la zona de la discusión lo mas lentamente posible, no querían meterse y tampoco oír todo lo que pasaría, posiblemente Jorge acabaría golpeado y Ruben regañado, pues si es medio mandilon.

Ambos fueron a dar una caminata por el campamento, tenían mucho de que hablar y planear, pero eso seria para después, un soldado rebelde se les acerco.

-Señor- dijo el soldado, era un simple chico de no mas de 19 años, ne notaba en su voz y su estatura.

-¿Que pasa niño?

-Necesitamos que evacuen hacia el nuevo pueblo, por ordenes del gobernador abandonaremos este campamento.

-Esta bien niño, gracias por el aviso, vamos Ana, tenemos que ir por ellos y las cosas.

-Esta bien, vamos.

Al llegar a la casa ya no se escuchaban ruidos, ni una sola voz, nada, caminaron unos cuantos pasos mas.

-¡Chicos!- grito Ana -¡Nos vamos!

De la nada Jorge y Ruben salieron corriendo de un cuarto cercano y de escondieron atrás de John y Ana.

-Ayuda... Nos quieren matar- dijeron ambos al mismo tiempo

Todas las chicas bajaron, eh inicio una discusión entre todos, la verdad se distrajeron mucho de su objetivo, irse del pueblo, o al menos eso creían.

Bombas de humo empezaron a reventar los cristales de la casa, la discusión se detuvo y todos se alarmaron, John ordeno usar alguna tela para cubrirse la boca y nariz, pero no servía, todos comenzaron a toser y arrodillarse, la puerta principal fue derrumbada por una fuerte explosión, todos a duras penas sacaron sus armas y apuntaron hacia el origen de esta, voces de hombres comenzaron a escucharse en toda la casa, el segundo piso, la cocina la sala, la parte trasera, nadie comprendía nada, en un momento de silencio, se escucharon disparos, se podían ver las ráfagas de luz desde diferentes partes, más ninguno resultaba herido, sombras se movían en todas partes alrededor de ellos, un golpe seco logro derrumbar a John, este perdía de apoco la conciencia, lo único que logro ver, fue como todos sus amigos eran llevados a la fuerza, para después cerrar sus ojos.

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Un fuerte ruido me despertó, me encontraba tirado en el piso boca abajo, no entendía nada, mis recuerdos eran muy borrosos, rápidamente recuerdo como se llevaban a mis amigos por la fuerza y me paro en un rápido movimiento, salgo de la casa donde me encontraba, no entiendo nada, este lugar esta destrozado, las casas, mi casa esta echa ruinas, la madera esta rota, con perforaciones de balas y partes negras como si las hubieran incinerado, camino un poco solo para encontrarme con el mismo paisaje una y otra vez por todo el campamento, todo esta desolado.

-¡Hola!- grite con todas mis fuerzas -¡Alguien me escucha!

Completamente solo, comienzo a oír ruidos en una casa a no mas de diez metros, corro emocionado.

-Aun hay gente, que bueno- pero no todo es como debe

Un zombie común se estaba alimentando del cadáver de una persona, al verme me ignoro, parece que estaba mas interesado en su actual comida, yo solo lo dejo en paz y abandonó la escena. La paz del lugar cada vez me inunda mas, la tristeza comienza a invadir mi mente, no puedo creer lo que ha pasado.

-¡Hola!- vuelvo a gritar -¡Hay alguien ahí!- de nuevo -¡Respondan!- y de nuevo -Por favor- las fuerzas me abandonaron en esa ultima frase, caí al suelo, no podía creer lo que había pasado, comenze a imaginar cosas. Un ataque del ejercito, una mega horda de zombies, todo lo malo me invadía.

-¡No! No es momento de pensar en eso, devo encontrarlos cueste lo que me cueste, no importa que...

Camine por ese inhóspito lugar, todo parecía tan tranquilo, no tenia armas, no tenia nada, mire hacia el cielo, tan gris, camine directo a mi destruida casa, y la encontré.