Capitulo 3; Acciones y confusiones

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Algo se encogió dentro de Damian, se veía tan vulnerable, tan sola, tan dulce  Tuvo la tentación de acercarse y abrazarla, pero no podía hacerlo.  No debía dejarse engañar por ese rostro angelical, porque ella no era un ángel.

Cuando volvió a la realidad Caliope ya no se encontraba en las tumbas, busco a su alrededor y la observo caminando despacio por el cementerio hasta que se paro.  ¿Dónde? ¿Tenia a alguien mas enterrado aquí?  Entonces se fijo bien en el lugar, eran las tumbas de su tío y su primo, el abuelo y el padre de ella.  Contuvo el aliento al verla parada frente a ellas, mirándolas fijamente.  La rabia se apodero de el ¿Qué hacia allí? ¿Por qué iba a verles?  Camino deprisa fuera del cementerio mientras respiraba agitado, las intenciones de esa mujer estaban claras cuando llego, pero ahora, sus acciones le confundían.  Y el no debía dejarse manejar.

Caliope observaba fijamente los grabados en aquellas tumbas, Néstor Durtzed; Un hijo único y un padre ejemplar    Dámaso Durtzed; Un hombre honorable querido y respetado por todos

 

-Un padre ejemplar –Caliope se acerco a la tumba del que era su padre legitimo –Yo tuve un padre ejemplar y no eras tu

Lagrimas volvieron a descender de sus ojos.   Tenia tantas dudas, tantas preguntas y nadie a quien hacerlas.  El sabia que era su hija, pero su madre le pidió que se mantuviera alejado ¿Y su abuelo? ¿Por qué el insistía en llevarla con el? Cuando escapo a Londres, pensaba que el no sabia su paradero.  Pero no era así, claramente Dámaso sabia donde estaba, pues el abogado tenia los datos ¿Por qué no la busco? ¿Y por que ahora, tras siete años?  Se había muerto y la había incluido en su testamento ¿Qué era lo que quería?

Suspiro y volvió a iniciar su camino hacia la salida del cementerio.  Andaba pensando en todo lo que había acontecido en su vida cuando de repente sintió como la empujaban y le daban un tirón del bolso.   Se apoyo contra la pared para no caer y se giro para ver como alguien corria con su bolso en la mano.

-¡Eh! –Caliope decidida salio corriendo tras el -¡Oye! ¡Para!

Corrió tras el, estaba segura de que era un hombre.  Quizás debería tener miedo y salir de allí en busca de la policía pero algo la impulso a seguirle  ¿Quién robaba en un cementerio por Dios?  Se paro apoyando las manos en las rodillas, ¿Dónde se había metido? Hace tan solo un momento estaba ante ella, le había visto saltar sobre esa lapida Miro a su alrededor, no había nadie ¿en serio? ¿Acababan de robarle el bolso en un cementerio? 

-¿Qué? –Camino hacia lo que parecía ser un panteón abandonado, había un trozo de tela en la puerta ¿de una camiseta?   Despacio entreabrió la puerta y se asomo, estaba oscuro pero por lo que podía ver nadie iba allí desde hace mucho.  Entro lentamente y oyó el resonar de sus tacones en el mármol, en ese sitio hacia demasiado frío -¡¿Hola?!

Escucho un susurro y ¿un gemido? ¿o era un llanto? parecía, parecía el llanto de un niño, no podía ser.  Siguió caminando hacia el fondo y allí en una esquina les vio, dos niños pequeños estaban sentados en el suelo, sobre unas mantas  había paquetes de galletas y zumos por el suelo y varios cojines.

-¿Estáis bien? –Se acerco a ellos pero se dio cuenta que los niños le tenían miedo

-¡Lárgate! –La voz de un chico la sobresalto, estaba tras ella  Se giro asustada para al fin poder verle  ¡Era el! ¡El le había robado el bolso! Llevaba una sudadera verde bastante sucia y desgastada

-Tu me has robado el bolso –Caliope entorno los ojos tratando de ver su rostro No podía ser, solo era un niño, era un adolescente.  Debía tener unos dieciséis, diecisiete años -¿Qué edad tienes?

-¿Y a ti que te importa? –Le tiro el bolso a los pies –Ahí tienes tu bolso, vete

-Debería llamar a la policía –Caliope hablo en voz baja mientras recogió su bolso del suelo y al regresar la vista hacia el vio el miedo en su rostro –Pero no lo haré si me respondes

-Dieciséis –El la miraba con el ceño fruncido –Ya te lo he dicho, ahora vete

-¿Son tus hermanos? –Miro a los niños que ya no parecían tan asustados -¿Dónde estan tus padres?

-¡¿Y a ti que mas te da?! ¡Lárgate! –el muchacho parecía nervioso, demasiado ¿Se estaban escondiendo? Si, claramente huían

-Muy bien, me marcho –Caliope abrió su bolso y busco su cartera

-No te he quitado nada –El hablo mirándola furioso –No me dio tiempo

-No lo estoy comprobando –Ella le miro fugazmente y volvió a su bolso, saco la cartera y de ella todo el dinero que tenia en efectivo.  Se lo tendió mirándole fijamente –Ten

-No quiero caridad –El muchacho la miro desconfiado

-No es caridad –Ella le sonrió –Digamos que es un trato.  Yo te doy el dinero y tu no tratas de robarme el bolso cuando me veas por aquí.

Durante unos segundos todo permaneció en silencio, el la miraba a ella y al dinero, hasta que al fin se acerco y cogio el dinero de su mano.  Caliope quería permanecer allí mas tiempo, preguntar muchas cosas ¿Quiénes eran? ¿Y sus padres? ¿De que se escondían? ¿Qué edad tenían esos niños?  Pero sabia que seria un error, el no confiaba en ella y lo entendía.  Se iría y regresaría mas adelante, se ganaría su confianza poco a poco y trataría de ayudarles   sonrió una vez mas al chico y después a los niños y salio de aquel panteón.  Eran un lugar horrible, ¿Cómo podían unos niños vivir ahí?

AQUI EL CAPITULO TRES ¿QUE PASA POR LA CABEZA DE DAMIAN? ¿POR QUE TANTO INTERES EN SABER SOBRE CALIOPE? SE CUELA EN SU HABITACIÓN, LA SIGUE POR EL CEMENTERIO, ¿SERA QUE QUIZAS SIN DARSE CUENTA EL ODIO A PASADO A SER AMOR?  AUN QUEDA MUCHO POR VIVIR PARA CALIOPE EN GRECIA, MUCHO QUE DESCUBRIR Y TANTO QUE ENFRENTAR   ¿Y LOS NIÑOS DEL CEMENTERIO?                     OS DEJO UNA FOTO DE  MEDEA, HERMANA DEL ABUELO DE CALIOPE Y TIA DE DAMIAN

Pasión GriegaWhere stories live. Discover now