Peligroso & Posesivo •CANCELADA•

Capítulo 7

En la multimedia: Cece.

Dejándome llevar de mis impulsos mi puño ya estaba en su nariz, fue inevitable no escuchar el «crack» que hizo uno de sus huesos al contactarse con mis nudillos. Sangre a borbotones empezó a salir de las fosas nasales del castaño, éste hacía un esfuerzo de quitársela con la manga de su suéter.

Lanzó un golpe con su puño derecho el cual evité sosteniéndolo de la muñeca, sus ojos se fijaron en los míos denotando confusión. Una sonrisa se victoria surcó mis labios y justo ahí su puño sobrante impacto en mi barbilla.

Gritos desesperados y femeninos llegaron a mi sistema auditivo, y la desesperación en murmuros podían escucharse. Una patada, y otra patada se fijaron en mi estómago, mi cuerpo de un momento a otro empezó a pesar y a doler, un dolor interno se situó en mi espalada baja, como si un algo intentara atravesarla.

—Jaxon —una peculiar voz de mujer se escuchó rebotar entre todos los gritos de desesperación y alegría.

Ladeé la cabeza un poco, y pude presenciar a aquellas dos mujeres preocupadas, una con semblante de temor y la otra al borde de las lágrimas. Mi vista volvió a la atención del muchacho que se encontraba en frente mío, éste se veía feliz posicionado en pose de defensa.

Intenté pararme nuevamente cosa que conseguí a través de dolor y el vuelco furioso que dio mi corazón. Débilmente y cojeando me puse de pie y lo enfrenté mirándolo directamente a los ojos.

Otro puñetazo de parte de él fue enviado a mi dirección, milagrosamente y con las pocas fuerzas que tenía esquivé éste y pegue uno en su abdomen causando que gimiera de dolor. Aprovechando le pegué nuevamente en su labio causando que de él brotara sangre, una patada y otra patada, seguida una por otra se situaron en su espalda baja. En dos minutos ya tenía al castaño retorciéndose de dolor en mis pies mientras se desangraba de su nariz y su labio.

—Espero que no te vuelvas a meter conmigo o te va a ir peor —susurré en su oído mientras me encorvaba.

A centímetros de distancia pude observar a Megan y a la castaña de hace varios ratos. Ambas me dieron una mirada de arrepentidas, inmediatamente la castaña se acercó a mí y me abrazó con fuerzas provocando que un gemido de dolor se escapara de mis labios. Sin miedo le devolví el abrazo intentando protegerla entre mis brazos.

—Perdón —dijo en un susurró alejándose de mi agarre—. Perdón por esto, y gracias por defenderme de ese idiota -su vista se clavó en el suelo.

Levanté la vista encontrándome con la castaña de labial rojo posicionándose al lado de la de labios gruesos. Su mirada de preocupación era reflejada en sus ojos, mientras reconfortaba a la chica de a su lado.

—En parte lo hice por mí —le resté importancia a mis palabras, encogiéndome de hombros.

—¿Conocías a Cece? —interrogó Megan.

Los estudiantes amontonados empezaron a esparcirse y la presencia de un ser maligno se hizo presente, y la verdad no me equivoqué. El director con un semblante rígido recorrió todo el pasillo hasta llegar el lugar donde había ocurrido todo.

—Lindo nombre —exclamé dirigiéndome a la que al parecer se llama Cece.

—Señor Fox —espetó el canoso en mi nombre.

Di media vuelta para salir por la puerta, los gritos del director no cesaban me llamaba con ordenes y amenazas pero sin importarme salí de aquella cárcel. Aún con dificultad para caminar hice camino hacia cualquier parte de esta asquerosa ciudad en la que pudiera estar solo y tranquilo sin que nadie me ande molestando.