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Sahara recorría la ciudad, había lugares los cuales desconocía y era fantástica, pero realmente no podía apreciarla muy bien, todo lo que pensaba es que si su supuesto padre seguiría viviendo en la misma dirección de la carta.

Tomó un taxi, pidió que la llevasen a aquel lugar, resulto que no era una simple casa, no, era más que eso, inclusive era una mansión más grande que en la que ella trabajaba, ¿qué debía hacer? Entrar,¿preguntar por Roberto?, ni siquiera tenía su apellido, y ¿qué le diría? "Mucho gusto creo que soy tu hija". Había sido un error, un impulso, causado por el dolor de la muerte de su abuela debía regresar con su tía y dejar las cosas como estaban, pero no podía, se lo había prometido a su abuela y a ella misma.

La señora había regresado de su viaje y estaba muy feliz con la noticia de Sahara, el desayuno con Michelle le había parecido muy buena idea, tan buena idea que le pidió que lo agrandaran para el lunes estaba esperando conocerla de inmediato. 

El lunes por la mañana Michelle llegó a la casa, usaba un hermosos vestido veraniego blanco entallado que dejaba ver las curvas de su cuerpo, al entrar a la casa se encontró con Sahara quien ahora usaba uniforme, a pesar de eso la saludo de manera cordial. Carlos asistió al desayuno más que a la fuerza.

Sahara se disculpo alegando que tenía pendientes que hacer, en realidad no era así, pero no le apetecía acompañarlos todavía tenía muchas cosas en su cabeza, la señora no le dijo nada por que estaba emocionada de conocer a Michelle le había encantado solo al verla, y eso estaba bien por que quería decir que Sahara estaba haciendo un buen trabajo después de todo

--- ¿dime Carlos, piensas quedarte mucho tiempo? --- preguntaba Michelle mientras posaba seductoramente la taza de café sobre sus labios. Carlos tenía que reconocerlo era una mujer atractiva.

--- quizá ahora tenga una buena razón --- le sonrió e hizo ademan de salud con su taza. Michelle y la señora Montes soltaron una carcajada exagerada.  Sahara salió y aprovecho a comprar unos encargos que le había hecho la señora..

Esa noche Sahara regresó a la casa cansada, subió a su habitación, aún  se sentía un poco desilusionada por no haber tenido el valor de timbrar en la dirección de la carta, se puso pijama, soltó su cabello y decidió salir al balcón a tomar un poco de aire, era tan hermosa esa casa, aunque seguía extrañando las noches del desierto. sonrió con melancolía ante el pensamiento, hacía un poco de aire, Sahara tenía la mirada distraída cunado escucho unas risas. instintivamente volteó hacía donde provenía el sonido y los vi ahí, al parecer Carlos estaba con Michelle, quizá si había hecho un buen trabajo, aunque verlo ahí abrazándola de esa manera, sentí un poco de ansiedad, algo raro, la escena  le parecía repulsiva, como ella dejaba que la tratara de esa manera, en eso el volteo sus ojos se encontraron con los ojos de Carlos que la miraba fijamente, pero ella se dio la vuelta y rápidamente regresó a su habitación. Sahara esperaba que no hubiera creído que espiaba, por que no era así

Era tan hermosa, Carlos nunca la había visto con el cabello suelto y esa noche apareció inesperadamente ¿por qué había besado a Michelle?, ni siquiera había querido. Pero cuando Sahara salió al balcón se molestó, estaba molesto por todo lo que le hacía sentir, nunca se había sentido de esa manera en su vida. Lo había tenido todo y ahora nada le llenaba, solo la quería a ella, a Sahara, quería compartir todo con ella, pero ella era tan distante, pero ¿cómo no sería de esa manera si siempre se comportaba como un idiota?... como ella se había metido bajo su piel de aquella forma. desde el momento que la vio lo sintió.

Sahara no podía dormir, no se sacaba de la mente a su padre ¿cómo habría conocido a su madre?, ¿tendría los ojos verdes? ¿se alegraría al saber que tenía una hija? seria una buena personas? Habían pasado tantos años, demasiadas incógnitas por resolver.

 Se levantó de la cama, eran las tres de la mañana, nadie debía de esta despierto a esa hora, quizá podría bajar al jardín, el cielo estaba despejado ,se podía ver la luna.

---- con que espiándome ¿no?--- se escucho decir, Sahara se estremeció no le esperaba, era  Carlos 

---- ¿perdón?--- le dijo

---- ¿por qué me espiabas cuando estaba con Michelle?----

--- no sé de qué hablas---

---- saliste al balcón, te vi, estabas mirándome---

---- no lo espiaba, si cree que es más conveniente que no vuelva a salir al balcón para que usted no crea que lo espió, eso are---

Carlos Solo sonreía y odiaba que el sonriera de esa manera, estaba en una de esas sillas de jardín tenía el cabello revuelto y en la mano un vaso con whisky, la camisa abierta mostraba una imagen muy seductor,a se podía ver su gran pecho del cual asomaban unos músculos torneados y unos cuantos risos

--- ¿sabes? Michelle es una gran mujer, una mujer educada, de sociedad, de muy buena familia, es hermosa, le cae bien a mi madre y aparte sumisa, la esposa perfecta que cualquier hombre podría soñar, pero ¿sabes cuál es el único problema?, no hace que sienta absolutamente nada, no hace que eso que está escondido en mi pecho se despierte, no despierta nada en mi.

--- no se debería de apresurar en decir eso, debería de darle una oportunidad, conocerla- .- le dijo Sahara sorprendida de aquellas palabras

--- es un muy buen consejo, ¿por qué no lo tomas tu saji?--- su mirada era tan desafiante. Decidió no contestarle nada al respecto solo le dijo.

--- me iré a dormir es demasiado tarde para estar despierta, con permiso--- ella se sentía inquieta, se dio la vuelta pero él no la dejo ir, la tomo de la mano delicadamente, sus ojos la veía fijamente y le dijo

--- no ves cuanto sufro al verte, no te has dado cuenta eso que despiertas en mi interior, ¿que no lo ves?--- la soltó y se dio la media vuelta no dejo que dijera nada más. Esa noche Sahara durmió,  pero no pudo descansar.


SAHARA EDITADA (FINALIZADA)Where stories live. Discover now