Decisiones

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-¿No te parece que es un poco grande? -preguntó saliendo del dormitorio principal.

-Después de tu casa ¿llamas a esto grande? -le devolví en tono burlón y algo despectivo, pero sin malicia.

En el fondo sabía perfectamente en qué estaba pensando y aunque hacía meses que planeaba esto, no estaba seguro de querer tener esa conversación aún. Valerie tenía otra idea en mente.

-Para una persona, sí. Tienes un dormitorio principal tiene un tamaño considerable, con su propio baño, un cuarto chico también con baño, el baño de visitas, una sala, algo pequeña, pero aún así, comedor, una sala más chica interna y cocina bastante cómoda y una mini lavandería que sigue sirviendo para lo que se la necesita. El pasillo es algo estrecho, pero todo en conjunto es bastante. ¿Vas a poder mantenerlo?

-La verdad, angelito, es que ya es mío hace unos cuantos meses. Unos cuantos varios meses.

-Yo sé, pero lo tenías alquilado ¿no?

Asentí. Había comprado el apartamento con la plata que había estado ahorrando desde que estaba de practicante cuando Valerie seguía de viaje haciendo su maestría. Ya había pasado casi medio año desde que había regresado y recién había desalojado a los inquilinos así que ella lo estaba visitando por primera vez. Los meses que lo había alquilado habían ayudado bastante a pagar la deuda del apartamento. Ahora pensaba alquilarle el mini apartamento de dos estancias que me había servido de casa los últimos años a algún estudiante.

-¿Qué te parece? -inquirí dejándome caer en un sofá.

Valerie pasó por delante de mí y estudió un librero.

-Sinceramente, le haría un par de cambios.

-¿Como cuáles? -me interesé inclinándome hacia adelante.

-Empezaría... pegando todos los adornos con lo más fuerte que encuentres a sus sitios -una sonrisa burlona y divertida asomó en sus labios -no me sorprendería que no tardes en destrozarlos de alguna manera.

Reí de buena gana antes de hacerme el ofendido frente a lo cual solo me lanzó una mirada que decía claramente "a mí no me engañas, te conozco".

-Hablando en serio -lanzó una mirada crítica a su alrededor -sacaría ese cuadro que no me gusta tanto y agrandaría el librero de manera que ocupe toda la pared. Quitaría esta división y ampliaría el paso de esta sala al comedor. Ahí pondría uno de esos minibares y en la otra salita agrandaría las ventanas para que entre más luz. Pondría plantas de esas que enganchas y cuelgas en el balconcito y sacaría las macetas para aprovechar ese espacio.

Mientras hablaba iba señalando a un lado y otro como si realmente visualizara lo que iba diciendo. Se interrumpió de golpe mirándome algo avergonzada y se sonrojó notablemente.

-Perdona.

-¿Y ahora por qué? -reí divertido con verla cohibida.

-Creo que me emocioné -susurró.

-Me encanta. ¿Qué más harías?

-Yo...

-Hablo en serio -insistí incitándola a  continuar con la mirada -De verdad quiero saber.

-Cambiaría algunos muebles... -dijo tras unos instantes y terminó añadiendo con cierta pesadumbre -el forro del juego de sillas del comedor en realidad es horroroso...

Empecé a reír y ella se contagió casi al instante. Le hice un gesto y se acercó, se sentó en el apoyabrazos del sofá y me tomó una mano.

-No hay que disculparse por emocionarse -le dije -Me ha encantado oírte.

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