<Prologo>

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Capital Regional de Shumli, Año 756 del Calendario Unificado (C.U), era por la tarde y un joven Nirgano de unos 13 años de edad corría por las calles después de haber vendido unos objetos robados, el chico vestía unas ropas decentes y se cubría la cabeza con una capucha con pañuelo, era de una estatura un tanto alta para ser un niño Nirgano siendo esta de 2'71 metros, Su tez era morena y sus ojos de un color ámbar algo brillante. El chico corrió al menos unos diez minutos hasta llegar a lo que parecía ser su hogar, una modesta casa de un tamaño aceptable para una familia pequeña, el niño abrió la puerta de golpe y entró dando un pequeño portazo, agotado por la carrera que de había dado por los barrios bajos de la Capital Regional.

—¡No des esos portazos Ekchio!— Gritó una voz femenina desde lo que parecía ser una cocina.

—Lo siento mamá—Respondió el chico —Venía con prisas y eso...— se quitó la capucha y dejó ver una pequeña melena negra azabache recogida en una coleta.

La que parecía ser su madre era una mujer Nirgana de unos 50 años, bastante bella, tenía un largo cabello rubio que le llegaba hasta la mitad de la espalda y los ojos de un color azul tan claro como el cielo, su piel era un poco más clara que la de su hijo, además, era bajita para ser Nirgana, rondaba los 2'60, vestía un largo vestido verde con adornos blancos.

La puerta de la casa se volvió a abrir y un Nirgano alto y bastante fuerte entró, mediría 2'99, siendo excepcionalmente alto para ser un Nirgano, tenía la piel morena, el cabello largo negro como el carbón y los ojos de un color carmesí muy apagado, vestía una camisa negra con una chaqueta de cuero larga que le llegaba hasta los tobillos, del mismo color que la camisa además de un pantalón, que para sorpresa, también era negro.

—¿Que tal te ha ido hoy hijo?— dijo el hombre revolviendo el cabello del chico y cerrando la puerta.

—Bastante bien, ¡he logrado conseguir unos 500 Sherlims de un tío bastante descuidado!—Respondió con alegría Ekchio —¿Y a ti, papá?—.

—Yo he conseguido unos 2500 en el mercado, las cosas están duras últimamente aquí, bueno, dame la mitad anda— el padre extendió la mano en dirección a Ekchio y este obedientemente le entregó la mitad de lo que había conseguido —Ve a cambiarte y ducharte para cenar—.

El hombre se fue directo a la cocina donde la anteriormente descrita mujer estaba preparando un estofado para cenar.

—Buenas tardes cariño— dijo sorprendiendo a su mujer con un abrazo por la espalda.

—¿Cuando has llegado Dirthal? No te he escuchado entrar— La mujer puso sus manos sobre las de su amado y sonrió— Siempre eres tan silencioso.

Dirthal rió un poco ante el comentario de ella.

—No por nada era parte de la fuerza de élite del Reino, Senerín— Besó la cabeza de la mujer —He logrado reunir 2750 hoy—.

—Uy cuidado señor caballero de Sherkonia— Senerín rió —La cosa está cada vez más difícil en esta ciudad... Deberíamos mudarnos a otra—.

—Bueno, dejemos de pensar en eso ahora, aun no tenemos dinero para irnos de aquí—Dirthal se separó de ella y agarro unos cuencos—Pondré la mesa—.

Mientras tanto Ekchio se encontraba en su cuarto, quitándose la ropa y preparando la muda para cuando acabara de ducharse, su piel era algo escamada como la de todos los nirganos, esta cualidad les da una mayor resistencia a la piel, pues Pandus es un mundo bastante hostil lleno de criaturas que podrían destrozar un tanque terráqueo con un solo golpe, como los temidos Lakash unas criaturas parecidas a los Nirganos, con la diferencia de que se alimentan de estos y de los Elfos, son extremadamente fuertes y sus pieles están blindadas.

Ekchio se metió al baño y posó su mano en una piedra que tenía dibujada en su superficie un símbolo azul, que comenzó a brillar, y cayó agua sobre el cuerpo del chico.

Mientras tanto los dos adultos ponían la mesa y hablaban sobre cómo habían pasado el dia o sobre alguna que otra historia de cuando estaban en el ejército pues ambos habían servido a su reino con honor y orgullo durante al menos unos 10 años, y fue en el mismo ejército donde se conocieron y enamoraron. Dejaron su vida militar en cuanto se casaron y se dedicaron al comercio, la cosa les fue bien hasta que en el 745 una crisis azotó al sector comercial en el que estaban dejándolos casi en un estado de pobreza profunda, consiguieron recuperarse un poco pero no lo suficiente como para que Ekchio no tuviera que ir robando por las calles para ganar un extra diario.

Ekchio al fin acabó de ducharse, se vistió y procedió a cenar junto a sus padres donde comentó de forma feliz el como le había robado a un noble despistado un adorno dorado con forma rectangular y cómo huyó de él y de los guardias corriendo por los tejados hasta llegar al perista, donde cambió el adorno por dinero.

—Bien hecho hijo, pero ten más cuidado, un dia te atraparán—Dijo el padre a la vez que llenaba su cuchara de estofado.

—No te preocupes, se lo que hago papá, nunca me atraparan— El chico sonrió y se llevó a la boca la cuchara bien cargada de estofado.

La familia terminó de cenar y se acostó a dormir después de recoger la mesa y bloquear bien la puerta principal, pues podrían asaltar la casa mientras dormían.





Crónicas Del Vacio: El DespertarWhere stories live. Discover now