Capitulo 1; Bienvenida a casa

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-Debe usted recibir el apellido Durtzed y convivir con la que es su familia en la casa principal hasta casarse –El abogado la miro con precaución.

-¿Se ha vuelto loco? –Caliope salto de su lugar -¿Apellido? ¿Convivir? Yo no pienso quedarme aquí   Renuncio a todo, ya le dije que no quiero nada

-Antes debe saber algo –le entrego un contrato –En la cláusula se especifica que si usted se niega a vivir en la casa, esta le será arrebatada al resto de familiares.  Así como otras propiedades y bienes de la familia.

-¿Arrebatada? -¿de que estaba hablando? ¿dejaría en la calle a toda esa gente? -¿Por qué?

-Voy a serle sincero Caliope –se levanto del sillón y se paro frente a ello –Conocía a su abuelo, era un buen amigo mío.  Puede que no fuera un hombre muy cariñoso, pero si había algo que respetaba era la familia.  Usted es su nieta y por ello tiene el derecho sobre lo que era de el.

-Pero no lo quiero –Ella se levanto de su lugar inspirando profundamente –Yo no quiero nada de el

-Pero es suyo por derecho –sonrió –Además el sabia que no aceptaría nada, que no querría nada de su familia.  Pero tambien que al igual que su madre tendría un corazón lo suficientemente grande como para aceptar para evitar el mal a otras personas.

-¿Mi madre? El odiaba a mi madre –Ella cerro los ojos

-Pudiera ser –el abogado se encogió de hombros –pero tu eres su nieta, llevas su sangre Lo quieras o no

-¿Si rechazo todo se quedaran en la calle? –Caliope se sentó en el asiento abatida ¿Qué podía hacer?

-Así es –el se agacho para quedar a su altura –Su sobrino, su hermana y su nieto, tu hermano.

-¿Lo saben? –Caliope le miro a los ojos

-No, conocen su testamento y que tus derechos son reconocidos –el le tomo la mano –Pero la cláusula es algo que solo conocemos tu y yo, a menos que quieras decírselo

-No –contesto rápidamente –Es humillante para una persona que deba depender de alguien que ni siquiera conoce.

-Entonces ¿aceptas? –El abogado tomo el contrato y se lo entrego –Tienes que firmar

-Esta bien –Ella asintió –Pero ¿Hasta que me case? ¿Y si no quiero casarme?

-Es lo estipulado –El se encogió de hombros –Si no quieres casarte simplemente tendrás que quedarte viviendo ahí.

-Pero ¿y mi trabajo? ¿y mi vida? –las lagrimas comenzaron a inundar sus ojos

-Aquí puedes trabajar, la cadena hotelera tambien te pertenece –le sonrió cariñosamente –Si alguna vez necesitas algo puedes acudir a mi

Pasión GriegaWhere stories live. Discover now