Capítulo 3

Mulai dari awal
                                    

Meto la cabeza bajo la almohada y me obligo a callarme, aunque sólo esté hablando conmigo misma dentro de la voz de mi mente. Si pienso demasiado, no puedo conciliar el sueño.

Me dejo llevar, recordando los momentos del día. Las conversaciones, las risas, los abrazos, el reencuentro, los lindos obsequios. Sí, fue un día bonito. El mejor cumpleaños que yo podría desear: sin demasiadas extravagancias y con la gente que quiero y que me importa.

Cuando creo haber pasado ya unas pocas horas sumergida en el sueño, un pequeño e insignificante ruido me sobresalta. ¿Será que tendremos sentidos más desarrollados que los mundanos? No lo sé, tal vez soy sólo yo.

Vuelvo a cerrar los ojos, creyendo que me lo imaginé. Pero el sonido vuelve, y esta vez más preciso.

Me incorporo de golpe, un tanto asustada. Tengo mis excusas para estar asustada en estos tiempos. Aparto las sábanas a un lado y me pongo de pie lentamente, tratando de percibir el ruido nuevamente.

El sonido se repite, en efecto, y proviene desde la ventana.

«Bien, Audrey. Si es un ladrón, ya sabes más o menos qué hacer. No necesitas armas... tienes tus manos».

Tal vez sea sólo un pájaro, quién sabe. Me acerco a la larga ventana, que llega casi del suelo hacia el techo, como una pequeña puerta de vidrio. Corro la cortina a un lado lentamente para poder espiar, pero no logro ver nada con exactitud. Afuera, un pequeño balcón recorre una parte del edificio; mamá aprovecha que es el único que tenemos en el departamento y coloca todas sus plantas allí. Ya en sí el espacio es pequeñísimo, y todas aquellas macetas no ayudan a que yo lo use para algo más... Así que es sólo un balcón olvidado.

Quito el seguro de mi ventana-puerta y, antes de ponerme a pensar qué podría haber aquí afuera, salgo con una mano arriba.

Ahogo un grito en la garganta cuando siento algo en el hombro.

Giro sobre mí misma, sacudiendo las manos para apartar al intruso. Y, recién cuando abro los ojos y me concentro, logro identificar a la persona que se hallaba parada contra la pared.

—Trato de llegar en silencio, con sigilo, y tú te pones a gritar.

Creo que me quedo boquiabierta. No lo he visto en tanto, tanto tiempo, que ya me parece que me lo estoy imaginando dentro de un sueño muy realista.

Dejo salir el aire de mis pulmones y frunzo el ceño.

—¿Fénix?

La sonrisa burlona se ensancha en su rostro, iluminando la oscuridad de la noche como el fuego de una vela.

—No te ves muy feliz de verme.

—No es que... yo no... —tartamudeo. Cierro un segundo los ojos, tratando de calmar los latidos de mi asustado corazón— Estoy dormida. O, bueno, lo estaba. Más bien estoy confundida, yo... ¿Cómo llegaste aquí?

Mira detrás de mí, y señala con un dedo sin energía: unos dos metros separan mi pequeño balcón del segundo pequeño balcón que hay bajo la ventana del otro departamento.

—¿Sigues viviendo ahí? —Pregunto— ¿O has vuelto a vivir ahí?

—Lo había abandonado por un tiempo —responde, todavía con la voz baja para no despertar a nadie—. Pobrecillo, incluso cuando ya consiguió dueño sigue estando abandonado.

—¿Saltaste? —lo interrumpo, un tanto desorbitada.

Estaba adormilada cuando me levanté, pero el susto que me llevé hizo que me espabilara un poco. El estado de pasar de estar durmiendo a estar repentinamente despierto y atento sólo hace que me sienta aún más confundida y con una extraña sensación de estar perdida.

Hawa: Debemos salir a flote | #2 |Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang