¡Mírame a los ojos!

32.6K 1.9K 266
                                    

Siempre había sido un buen hijo, en verdad, lo único que me importaba era hacer felices a mis padres por lo que si me pedían algún favor siempre trataba de ayudarlos. Ahora había sido el turno de mamá. Me había contado que una de sus amigas del club iba a salir por una semana del país y tenía una hija que necesitaba a alguien que la cuidara. Bien, ahí entro yo.

Mamá me había mencionado que la chica tenía aproximadamente mi edad. Yo tenía 18 recién cumplidos. Y necesitaba que la cuidaran por esa semana, también me había mencionado que era una chica amable y nada problemática, eso tenía que verlo con mis propios ojos, porque vamos, las chicas de mi edad siempre son problemáticas, la diferencia es que unas saben ocultarlo de los padres y otras no.

En fin como el buen hijo que era acepté la petición de mamá y aparte iba a tener una buena paga así que ¿Qué más daba si tenía que hacerla de niñero durante una semana?

Me bajé del auto en la entrada de una casa de dos plantas de color café, una casa sencilla por cierto, al menos para ser de una familia de dinero. Caminé hacia la entrada y toqué el timbre esperé bastante tiempo pero la puerta no se abrió y cuando estaba a punto de volver a tocar la perilla giró y una chica apareció. Me vio fugazmente a los ojos y después desvió su mirada hacia a un lado en la puerta.

-Ho...hola -tartamudeé y después de aclararme la garganta volví a hablar ahora con más confianza-. Hola soy Jason, hijo de Penélope, amiga de tu madre -ella solo asintió sin verme-, me pidieron que cuidara a una chica y supongo que esa eres tú -dije con un tono de duda en mi voz.

Ella solo suspiró mientras yo la estudiaba, no era la chica más bonita que había conocido pero parecía ser tímida y esa le daba algo de ternura a su rostro aniñado aunque si era una chica alta, su cabeza me llegaba a la nariz y yo media 1.87, la mayoría de mis amigas eran muy bajitas de estatura y usaban unos zapatos de asquerosa plataforma...

-Aunque le dije que no ocupaba ayuda ella -susurró la chica negando con la cabeza-. Bueno, ya estás aquí -sonó resignada-. Mucho gusto soy Megan pero puedes decirme Meg.

Extendió y mano hacia mí. Observé su mano y luego la estreché.

-Jason -dije torpemente.

Ella rió.

-Lo sé, lo acabas de decir -tenía una sonrisa en su rostro y aunque parecía haber tomado un poco de confianza seguía sin verme a los ojos-. Pasa -se hizo a un lado para dejarme pasar, cuando entré cerró la puerta y después de un suspiro profundo habló-. Estaba por desayunar ¿Quieres algo?

Negué con la cabeza pero ella parecía esperar mi respuesta.

-No gracias -contesté finalmente.

-Bien, estaré en la cocina siéntete libre de estar aquí, si quieres puedes ver una película, las tenemos en el mueble que está debajo de la televisión o hacer cualquier cosa.

-Está bien, gracias -contesté y ella se dio media vuelta. Deslizó sus dedos por la puerta, después caminó hacia a cocina y abrió la delgada puerta que separaba la cocina de la sala.

Cuando ella desapreció adentro caminé hasta la sala y me senté en el sillón grande y de color blanco, eché mi cabeza hacia atrás y observé el techo. Megan era un poco extraña.

Después de unos minutos prendí el televisor y empecé a cambiar de canal, tenían TV de paga y lo dejé en una película de acción que la verdad no me interesaba mucho pero necesitaba encontrar una idea de que hablar con ella, nunca me pasó por la cabeza que debía tener algún tema de conversación.

¡Mírame a los ojos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora