Epílogo

854 100 8
                                    

Han pasado meses desde que Charlie se fue y todavía no lo he superado. Había pensado hablar con él por mensaje de texto pero sé que será peor si lo hago. Me dolería demasiado hablar con él y no poder verle. Además, no sabía su número de teléfono.

A nosotros no nos hacía falta eso.

Todavía se me hace raro mirar hacía el fondo de la clase y no verle ahí, apuntando lo que dice el profesor y concentrado.

Extraño tener una nueva nota en mi diario todos los días e ir a lugares con él. Extraño sus estupideces y lo cariñoso que era.

Extraño a mi Charlie el Malote. A mi Charlie el de la fábrica de chocolate.

No todos los días te encuentras a alguien así.

Yo lo encontré, pero antes de haberlo... Haberlo besado, se fue. Se fue y no volverá.

Y ahora estamos separados... Separados por kilómetros y kilómetros de distancia.

Ojalá lo hubiera abrazado más, hubiera hablado más con él, hubiera aprovechar cada segundo como si hubiera sido el último.

Sostenía el diario en mis manos y empecé a pasar las páginas. Una por una, leyendo cada palabra. De hecho, volví a leer más de una vez una carta de Charlie. Él siempre me hacía sonreír.

Nunca acabamos el diario, pero igualmente seguí pasando las páginas. Pero al llegar a la última, tras pasar la última página, paré en seco. El corazón me empezó a latir más rápido que nunca. No me podía creer que era aquello.

Charlie había hecho algo antes de irse; me había escrito su última carta.

Aquello era una sobre marrón y bastante fino, más o menos del tamaño de una hoja de mi diario, pero algunos centímetros más pequeño. Empecé a abrirlo con cuidado.

Saqué la hoja que se encontraba dentro y la desplegué lentamente. Comencé a leer, intentando respirar hondo para tranquilizarme un poco, estaba temblando. No me lo podía creer.


"Querida Sofía:

Espero que no estés muy enfadada o muy triste conmigo. Si estás leyendo esto es por una de dos razones: te he dicho que me voy y la he puesto dentro del diario para aclarar un poco las cosas, o lo he hecho porque me acobardado y no te lo he contado.

Si es por la segunda razón... Lo siento, pero me voy, Sofía.

Me voy a Londres, donde mis padres dicen que tendré un futuro mejor. Juro que hice todo lo que estuvo en mi mano para convencerles de quedarnos, lo juro Sofía... ¿Te acuerdas cuando te dije que los adultos creen que saben más que tú por ser mayores? Pues precisamente fue eso lo que pasó.

Te extrañaré mucho. Porque te quiero, Sofía.

Siento no haber tenido el valor de habértelo contado antes. Pero tenía miedo.

Tenía miedo al rechazo.

Siento también haber mantenido el secreto de que me iría tanto tiempo. No tenía las agallas para contártelo.

¿No es curioso como el ser humano se aisla a sí mismo por el miedo?

Pero a veces el miedo a caer es el que causa la caída.

Pero nada de esto parecía real, parecía un sueño del que no quería despertar...

No parecía real hasta que me separaron de mi sueño; tú eres mi sueño.

Y recuerda: las personas son temporales pero los recuerdos para siempre.

No sé qué hubiera sido de mí si no te hubiera conocido. Probablemente sería el aburrido y serio Charlie de siempre. Y sinceramente, prefiero haberte conocido y haber pasado tan buenos tiempos contigo y tener que decir adiós, a no haberlo hecho y no haber sufrido.

Recuerda que pase lo que pase, a pesar de los kilómetros y problemas que nos separen, yo siempre, siempre te querré.

Quiero que mires al cielo hoy y observes las estrellas al anochecer. Yo también lo haré. Esa será nuestra manera de conectar, de no olvidar. Porque a pesar de estar separados, los dos observaremos al mismo cielo.

Siempre querré a mi pequeña y querida Sofía.

Te quiere,

CHARLIE"



UN DIARIO DE DOS; 01Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα