Nuestra verdad.

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Me quiere. 

Sus ojos me miran. Sorprendidos, asustados sin embargo están brillando, dejando que toda su luz caiga sobre mí. ¿Me quiere? Yo creo que sí. Mi memoria no me deja negarlo, no puedo más, todo lo que sucedió aquella noche está tatuado en mí, no puedo olvidarlo y ahora que lo he recordado todo encaja a la perfección. Ahora entiendo el porque de sus lágrimas, el desespero en sus universos cafés, ella quería que yo lo recordara... Aurora quiere que lo recuerde, porque me quiere. 

Estoy atónito mientras ella aún tiene sus ojos sobre los míos, estudiándome. 

—Tú, tus pijamas grises, la tormenta, los vidrios rotos... 

Pienso en voz alta, a medida que recuerdo lo que sucedió. Su piel blanca, su cabello oscuro cayendo sobre mi almohada, su boca rosada... Joder. Es mía. Mi mirada se pierde unos segundos, mientras escucho los acelerados latidos de mi corazón, recordando lo que pasó después que ella rogara. Ella me lo pidió. 

—Tú y yo... 

Murmuro, mi voz baja. ¿Cómo pude olvidarme? ¿Acaso había perdido en mi memoria la forma en que hicimos el amor? Ahora vuelvo a verla y ella está sonrojada, como siempre y yo no oculto mi sonrisa. Bebé, me rogaste que te hiciera mía, ahora no es momento de avergonzarse. Me siento más loco por ella a cada minuto que pasa.

—Mi amor.  

Exclamo, pegando mi frente a la suya, sintiendo como deja de respirar cuando acaricio su boca perfecta con mis dedos. Amo este sentimiento, amo saber lo mucho que disfruta cuando yo la toco. Ella me hace sentir completo, cuando la abrazo tomando su cintura en mis manos y siento su respiración tan cerca de mí, sé que no necesito nada más. Ella es todo lo que necesito, ella me completa. Me hace jodidamente feliz. 

Inundado por la felicidad que brota de cada uno de mis poros, la tomo en mis brazos, llevándola a una parte de la biblioteca donde nadie puede vernos y escucho su risa durante todo el corto trayecto. Cuando la dejo en el suelo una vez más, puede ver su sonrisa que todo lo ilumina, todo lo mejora, que completamente me enamoro. ¡Diablos, estoy tan jodido! Desesperado y sin dejar que ninguno de los dos tenga un respiro, la beso. Al fin. Y lo hago con fuerza, con pasión, enloquecido con esta realidad que ahora es nuestra. Es mía y suya. Este sentimiento que lo ha cambiado todo y que me ha dado el más hermoso de todo los regalos, Aurora. El ambiente entre nosotros es pesado y caliente, mientras nos besamos y yo la sostengo junto como si mi vida dependiera de ello. Y mierda que sí lo hace. El juego no termina, cada vez que alguno de los dos se aleja, el otro vuelve a acercarse. La pruebo tantas veces, es suave, cálida, dulce, sensual... es perfecta. 

Un suspiro sale de su boca y me separo para poder verla, con sus ojos brillantes, su mirada soñadora y los labios separados. Aurora roza su nariz con la mía y yo voy por sus labios una vez más, pero ella se escapa, esquivándose de mis labios y yo la miro con el ceño fruncido, apretando su cintura con mis dedos y ella sonríe. Intento un par de veces más pero mis besos terminan por caer en todo su rostro y siento más que ver el sonrojo que despliega por toda su piel. 

Mi mente recuerda lo que ella me había dicho con tanta tristeza y pesar hace unos minutos atrás, lo mal que se veía al pensar que lo que yo le había dicho en la oscuridad de mi cuarto era mentira, entonces una idea aparece y sé que debo terminar con todas sus dudas.

  —No estoy borracho ahora. 

Beso su nariz. Ella ríe y dejo todas mis sonrisas de lado para mirarla firme a los ojos.

—¿Qué? 

Pregunta, de forma suave.

—¿Me crees ahora si te digo que te amo? 

Murmuro, sintiéndome cohibido frente a sus ojos. Ella parece perder el rumbo de sus pensamientos, mirándome en silencio, mientras unas lágrimas se escapan de sus ojos y yo llevo mis dedos allí para poder borrarlas. La forma en que me está mirando ahora es de otro mundo y ojalá pudiera guardar esa mirada para siempre, porque es la más sincera, soñadora y brillante que jamás me ha dado. Está feliz, increíblemente feliz. 

—Hmmm.

Murmura, con su vocecita tan delicada. 

—Te amo Aurora.    

Y esa es sin lugar a dudas mi mayor verdad. 


🌼💜

Un Maravilloso Milagro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora