Capitulo 37 "Mentiras al descubierto"

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No pude moverme del pánico que me inundó, la escena del ping pong vino a mi mente y eso no sería nada a lo que sucedería si era Gastón el que estaba ahí. Julián alcanzó a subirse, abrocharse el pantalón y se volteó para encarar a quien fuera, yo sólo pude enterrar mi cabeza en su hombro mientras él trataba de cubrir mi cuerpo desnudo.

– Haré de cuenta que no vi nada – dijo Bruna pasando al lado de la mesa, cubriendo sus ojos con una mano a la altura de las cejas.

– Bruna – exclamó Julián, pero se cayó, supongo que buscando que decirle.

– Ahórrate las palabras, sabes que no es necesario.

– No quiero que pienses que soy de lo peor – dije muerta de la vergüenza por la incomodísima situación y además, aún no tenía clara la relación entre ellos.

– Tranquila Ori, jamás pensaría eso de ti, yo no soy nadie para juzgarlos, además, es muy evidente la atracción que hay entre ustedes, me di cuenta desde el primer día.

– ¿Y eso no te molesta? – pregunté asombrada.

– ¿Por qué habría de molestarme?, espera, no me digas que piensas que entre Julián y yo hay algo más, Julián, ¿no le has dicho que sólo somos amigos tú y yo? – exclamó de lo más divertida, riéndose.

– Sí, pero ya me doy cuenta que no me creyó.

– Es que por la forma en que se tratan cualquiera pensaría que son novios.

– Nos conocemos de toda la vida, Oriana, el “baby” es como un hermano más para mí, bueno, me voy a dormir, lamento haberlos interrumpido, pero mejor que haya sido yo, y no te preocupes Ori, repito yo no vi nada, buenas noches – tomó el vaso de agua que se había servido y salió de la cocina sonriéndonos en complicidad.

– ¡Qué vergüenza!, no podré volver a mirarla a los ojos.

– Tranquila, Bruna es muy alivianada, además no es la primera vez que me pilla en una situación comprometedora – lo fulminé con la mirada – no me veas así, no te conocía.

– Será mejor que me vista y suba a mi habitación, no quiero ni imaginar que habría pasado si no hubiera sido ella la que nos vio.

– Quizá hubiera sido lo mejor para que de una vez por todas Gastón te deje en paz.

– No Julián, así no, no quiero herirlo de esa manera, además como quedaría mi reputación, también nos conocemos de toda la vida y mi papá lo adora.

– Viéndolo así, tienes razón, pero no quiero que duermas con él, vamos a mi habitación, por favor.

– No Julián, te dije que no era bueno tentar a la suerte y ve, Bruna nos pilló, así que mejor ya no nos la juguemos de nuevo.

– Está bien, pero, prométeme algo – me tomó de las manos – vas a terminar con él lo antes posible, cuando regrese de Europa ya no quiero que sea tu novio.

– Lo haré, te lo prometo, en cuanto regresemos buscaré la forma de terminar con la relación – me solté para acariciarle las mejillas y luego le di un pequeño beso.

Me levanté de la mesa y me vestí, él se puso su camisa y después me abrazó fuertemente.

– Te voy a extrañar mucho Ori – susurró en mi oído.

– Yo también a ti, voy a estar contando los días para volver a verte.

– Y yo las horas – dijo y me besó nuevamente y luego volvió a abrazarme.

Al día siguiente, nos despedimos en el aeropuerto, ellos iban para Nueva York y sentí un gran hueco en el pecho, sólo pudimos darnos la mano, que Julián me acarició suavemente y un beso en la mejilla, me sonrió cuando me soltó. Bruna me abrazó con fuerza y calidez, me dio otra sonrisa de complicidad y luego se despidió de Gastón.

Grande Tentación - OrianWhere stories live. Discover now