Capitulo 39 "Tú lo sabías?"

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El lunes por la mañana me sorprendió ver que Agustín ya había llegado a la agencia y que estaba encerrado en su oficina con Rocío, sentí un desasosiego, podría soportar la ruptura con Brandon, era algo ya inminente, pero no podía perder mi trabajo, eso sí me destrozaría, la agencia de Agustín era una de las más reconocidas y él con facilidad podría cerrarme la oportunidad de conseguir trabajo en otra. Entré a mi oficina y alcance a ver que Rocio salía llorando, se dio cuenta que yo estaba ahí y furiosa entró golpeando la puerta.

– Ya estarás contenta maldita mosca muerta, tenías que hacerte la sufrida con el jefe, ¿verdad?, por tu culpa me he quedado sin trabajo y no podré encontrar otro igual en todo el país y tengo una hija que mantener.

– Eso hubieras pensando antes de montar un escándalo en un lugar público, exponiéndote a que alguien te viera, que eso fue lo que sucedió, ni siquiera he hablado con Oriana y ya deja de hacer numeritos, vete por favor, antes que llame a seguridad para que te acompañen a la calle – respondió Agustín serio.

– Esto no se va a quedar así Oriana, me las vas a pagar.

– Ya te dije que ella no tiene nada que ver, acepta las consecuencias de tus actos Rocio, tú eres la única responsable de lo que ha pasado.

Lo recorrió con la mirada furiosa y salió de mi oficina, yo me dejé caer en mi silla, lo que menos quería es que la despidieran, conocía perfectamente su situación y no le guardaba rencor, al final lo que se hace en la vida se paga y creo que ella se iba a quedar sin Gastón que era lo único que le importaba y la causante era ella misma.

– Agustín, no tenías que haber hecho eso, no tiene nada que ver con el trabajo.

– Perdón Oriana, no lo hice por ti, te estimo, pero tuve otras razones, mi esposa las vio en el centro comercial y escuchó todas las cosas que Rocio te gritó, si fue capaz de involucrarse con el novio de una amiga y se valió de todas las artimañas que pudo para conseguirlo, más encima ventilar intimidades en un lugar público y frente a su hija, ¿qué podría yo esperar de ella en cuestiones laborales?, que un día se marchara llevándose sus cuentas y echara pestes de la agencia, que tirara lodo por todas partes, no Oriana, eso no podía yo permitirlo, me ha costado mucho abrirme paso en este medio tan competido para dejar que alguien como ella lo arruine por su falta de escrúpulos.

– No sé qué decirte.

– No digas nada y sigue con tu trabajo, tenemos varios asuntos pendientes y mientras conseguimos a otra persona para reemplazarla te harás cargo de sus cuentas.

Asentí con la cabeza y Agustín salió de mi oficina. Encendí mi ordenador y, como siempre, había más de un mail de Julián, pero no me sentía con ánimos de leerlos y menos con lo que acababa de pasar, no podía evitar sentir lástima por Rocio, no le había valido de nada todo lo que hizo, había perdido lo más por lo menos.

Por la tarde, salí a almorzar con Jenny y le conté lo que había sucedido.

– Lo sabía Oriana, no en vano ella lo tenía en un altar, era porque se estaban acostando.

– Nunca lo sospeché, alguna vez sí pensé que estaba enamorada de él por la forma en que se expresaba pero no imaginé que tuvieran un amorío.

– Las relaciones humanas son difíciles Ori, y los hombres son muy débiles, caen fácil ante el sexo, por eso ahora debes tener mucho más cuidado, veme a mí.

– Y, por cierto, ¿cómo van las cosas con tu marido?

– Ya iniciamos los trámites del divorcio, mañana es la primera audiencia.

– Entonces, ¿no hubo arreglo?

– No Oriana, nos hemos dado cuenta que nos casamos sin conocernos, cegados por el fuego de la pasión y aunque ese todavía está presente no es lo único que mantiene viva una relación, algún día se acabara y entonces, ¿qué nos quedara?, somos completamente distintos, no tenemos nada en común, así que no tiene caso seguir juntos.

Grande Tentación - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora