CAPÍTULO DIECISÉIS

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Chanyeol se sorprendió de ver en su puerta a su amigo bajito, sosteniendo en sus manos aquel abrigo que hace más de un mes le había prestado.

—Lo he lavado, gracias y disculpa por no haberlo devuelto antes —se excusó sin evitar la mirada del más alto.

Lo miraba con ojos suplicantes y brillantes, Chanyeol era idiota y no captó nuevamente la indirecta.

Terminó por despedirse de forma rápida y breve. Cuando cerró la puerta, abrazó la prenda por puro instinto, aspiró el aroma, un perfume tan conocido, una fragancia a la que se había hecho casi adicto por las últimas semanas. Lo extrañaba y dolía, dolía intentar no quererlo porque después de tanto, Chanyeol ya había descubierto que ese dolor que le comprimía el corazón no era una enfermedad terminal, descubrió que era algo aún peor. Se había enamorado.

Las paredes de aquel edifico parecían estar hechas de papel, uno bastante delgado y frágil. El más alto escuchó llantos, llantos que de cierta manera le partieron el corazón.

—Lo siento Baek, te amo tanto y lo sabes...

—Sí me amas tanto ¿Por qué estás dejándome? —le reclamó.

—Porque te he traicionado, no puedo seguir fingiendo... —mintió —que nada pasó... Y...

— ¡Eres un mentiroso! ¡Ya habías cambiado conmigo desde antes de lo de Sehun!

—Lo siento Baek...

—Lárgate, no quiero verte...

—Ba-a... —tartamudeó Kyungsoo.

— ¡Aléjate de mí! No... No te quiero cerca... —Baekhyun estaba perdiendo la compostura.

A continuación Chanyeol escuchó una puerta cerrarse y el llanto de Baekhyun intensificarse.

Era un mal día y aún peor en fin de semana, cuando él no salía a ninguna parte.

Las clases en la universidad habían comenzado, Chanyeol era un hombre descuidado pues en todo ese tiempo jamás imaginó que Baekhyun tuviera su misma edad, ni mucho menos que ambos asistieran a la misma escuela. Por otra parte Baek estaba distraído, apenas llevaba unos días de haber roto con Kyungsoo y sentía que el alma había abandonado su cuerpo.

Chanyeol intentaba animarlo de mil maneras distintas y Baek lo apreciaba, lo apreciaba hasta que veía a Kyung a lo lejos. Sabía que asistía a la misma universidad, en realidad había presentado el examen de admisión en esa escuela sólo por él y ahora se arrepentía tanto, claro que aún tenía éste plan maléfico en mente y no le había mencionado nada a Chanyeol de la presencia de su ex-novio.

Kyungsoo había cambiado demasiado con él desde la aparición de Chanyeol, quería descubrir la verdad y ¿Por qué no? Herir al pequeño de ojos grandes en el intento.

—Hyung... Debemos salir juntos —Kyungsoo escuchaba con atención la voz gruesa de su nuevo amigo.

—No lo sé, la escuela apenas ha empezado y está matándome ¿No deberías estar estudiando, Sehun?

—Por supuesto pero sabes que soy un desobligado.

—Luhan va a matarte sí se entera

—No tiene por qué hacerlo, aaaanda, éste fin de semana. Tú y yo, en ese parque de diversiones que acaban de inaugurar, créeme que será muy divertido.

— ¡NO! ¿No entiendes que no estoy de humor?

—Pues justo por eso, pequeño tonto. Pasaré por ti el sábado a las nueve.

— ¡NONO! ¡IRÉ PERO TE VERÉ HASTA ALLÁ! —expresó lleno de alarma.

—Do Kyungsoo, ni se te vaya a ocurrir dejarme plantado o iré hasta tu casa y armaré un alboroto ¿entendido?

—De acuerdo.

Como en todas las telenovelas una simple coincidencia terminó por reunir a los diez muchachos en el mismo lugar. Sehun, Jongin y Kyungsoo por una parte mientras que el resto de los chicos por la otra y esa era una idea terrible.

Luego del rompimiento entre Baek y Kyungsoo, las noticias llegaron como agua fresca a Jongin, quién no podía expresar del todo su alegría. No dejó ir la oportunidad de ir corriendo hasta su pequeño enamorado y consolarlo por teléfono. Finalmente éste había accedido a tener una salida con él, un amigo incluido pero eso ya era un avance después de su cagada.

Diciembre estaba iniciando y con ello la época que Chanyeol más amaba, la navidad. No estaba seguro de porque se sentía tan triste, quizás porque llevaba tanto sin ver a Kyung y lo echaba de menos un poquito.

Mientras tanto Yixing había comenzado a asistir a clases de idioma patrocinadas por sus amigos, él se sentía un tanto inútil sin entenderlos, eso lo llenaba de impotencia. También quiso continuar con sus estudios por lo que tuvo que hacer un viaje rápido a su natal China para realizar los trámites correspondientes de su traslado a otra escuela.

Suho y Jongdae nuevamente estaban haciéndose cada vez más cercanos, como en el pasado. Con una única diferencia, que ya no tenían estos sentimientos el uno por el otro y ya no les resultaba tan incómodo estar solos, Jongdae había descubierto que su mejor amigo estaba cayendo por aquel chino agradable, pero intentaba renegarlo como siempre cada que Suho se enamoraba. Eso era algo exasperante, debía hacer algo para que finalmente admitiera sus sentimientos y dejara de ocultarse tras el orgullo de su familia.

Él simplemente no podía jugar con Yixing tal y como hizo con él en el pasado.


Love LetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora