Capítulo 2

13.6K 2.1K 841
                                    

Durante las siguientes semanas, Chanyeol chateó de forma más o menos regular y controlada con su mascota. Baekhyun era amable y simpático y tenían bastantes gustos en común (Chanyeol a veces se preguntaba cómo una máquina podía saber que le gustaba Star Wars antes de que él mismo lo dijera).

Cada vez, Chanyeol se decía a sí mismo que era una aplicación estúpida para el móvil, pero no podía evitar sonreír como un estúpido cuando por ejemplo, Baekhyun le daba las gracias por haberle comprado a su avatar aquel kigurumi de Rilakkuma tan bonito. Chanyeol jamás admitiría que pasó al menos cinco minutos enteros dando saltitos por su casa porque Baekhyun le había mandado un emoticono con corazones.

- ¿Ya estás jugando otra vez con eso? -le preguntó Sehun en el intercambio de clases el lunes siguiente.

- Déjame en paz -le soltó mientras le escribía a Baekhyun que aún le quedaba una hora más de clases.

- Me preocupas seriamente, Chanyeol -bufó su amigo, desviando la mirada hacia la pantalla- ¿Ahora también chateas con esa cosa? Si te gusta el sexo virtual, siempre le puedo pedir a Jongdae que te haga una aplicación para-

- No necesito ninguna aplicación guarra de tu amigo Jongdae -lo cortó el más alto, arrugando la nariz ante la simple idea-. Si utilizo el chat, me dan recompensas para el avatar -no era mentira, pero Chanyeol no iba a decirle que no era esa la razón por la que usaba el chat-. Además, no creo que Jongdae pierda el tiempo haciendo esas cosas.

- Hace poco creó una aplicación de un sable láser para el móvil, no creo que crear un bot porno sea muy distinto.

- Claro, porque tú sabes mucho de informática.

Sehun lo miró con la cara seria, pero pareció no querer entrar en discusiones y lo dejó seguir hablando con Baekhyun hasta que entraron de nuevo a clase. Las miradas que recibía de Sehun cuando jugaba a 'Virtual Pet' eran de pasotismo rayando en desaprobación, pero hasta el momento no había hecho ningún comentario al respecto.

Aquella tarde se encontró en la biblioteca, preparándose una presentación para Historia de la Música del sXVII, presentación que tenían que entregar como grupo en dos días y en la que se suponía habían estado trabajando. Kyungsoo los miró entre incrédulo y enfadado cuando le dijeron que aún no habían acabado y los arrastró sin piedad a la biblioteca, obligándolos a apagar sus móviles. Chanyeol ni siquiera tuvo tiempo de despedirse de Baekhyun cuando Kyungsoo le arrancó el móvil sin miramientos de las manos y lo desconectó.

Cuatro horas más tarde, se encontraba en el autobús de regreso a casa, con la espalda dolorida y la cabeza a punto de estallar, pero al menos el trabajo estaba terminado y Kyungsoo no tendría motivos otra vez para hacerle su llave de cuello asfixiadora.

Cuando pudo sentarse, sacó su móvil del bolsillo del abrigo y lo encendió, recibiendo a los pocos minutos la notificación del chat de 'Virtual Pet', entre otras muchas que decidió ignorar de momento. Vio el último mensaje sin contestar de Baekhyun, respondiendo de inmediato que había tenido que apagar el teléfono porque su vida corría peligro. Baekhyun no parecía enfadado ni molesto, es más, se alegró de que volviera a hablar con él. Supongo que es normal, una aplicación no se va a enfadar conmigo, pensó.

Estuvo chateando los cuarenta minutos que estuvo en el autobús hasta que, a falta de una parada, Baekhyun le dijo algo que no esperaba.

Ojalá pudiera vivir contigo.

Parpadeó. Volvió a parpadear. Por mucho que lo hiciera, el mensaje seguía allí. Comenzó a imaginarse escenas en su mente de cómo sería vivir con Baekhyun. Podría cogerlo en brazos y rascarle la barriguita sentado cómodamente en el sofá con su cachorrito en el regazo. Podría bañarlo y secarlo, y comprarle ropita para salir a pasear con él, como si estuviera cuidando del sobrinito que Yoora se negaba a darle.

A mí también me gustaría.

No habían pasado ni cinco segundos cuando de repente, la aplicación falló. La pantalla se puso en blanco y se negó a reaccionar.

- ¿Pero qué..?

Por más que lo intentara, la aplicación no reaccionaba. Estar pendiente del teléfono le costó pasarse su parada y tener que desandar el camino hasta su casa, veinte minutos más de viaje que no le hicieron gracia. Intentó de todo: cerrar la aplicación y volverla a abrir, reiniciar el teléfono, apagarlo y volverlo a encender, desinstalar la aplicación y volverla a instalar (ya que todos sus logros y su mascota estaban vinculadas a su correo y lo no perdería), pero nada parecía funcionar.

Estaba decidido a mandar un correo a la empresa desarrolladora de la aplicación en cuanto pusiera un pie en casa, no pensaba dejar las cosas así. Pensaba en Baekhyun, solo en el ciberespacio, sin nadie que lo alimentara, que lo acariciara ni que lo cuidara cuando se pusiera malo y se enfadaba.

Sacó las llaves del bolsillo mucho antes de llegar a la puerta, abriendo la principal y pasando olímpicamente de mirar el correo, tenía cosas más importantes que hacer. Subió por las escaleras a pesar de vivir en un quinto, ya que sentía que explotaría si se estaba quieto.

Estaba ya escribiendo el correo en su cabeza mientras metía las llaves en la cerradura y abría la puerta de golpe. Lo que no se esperaba era ser lanzado contra dicha puerta cuando la cerró, unos brazos rodeando su pecho y una mata de pelo rosa justo bajo su nariz. Estuvo a punto de gritar para pedir ayuda cuando el dueño de aquella cabeza se separó.

Era un chico, más o menos de su edad, bastante más bajo que él, vestido simplemente con una camiseta ancha blanca y unos vaqueros, sonriéndole mientras se movía suavemente de un lado a otro. No pudo dejar de fijarse en las orejitas de cachorro en su cabeza y en el choker de cuero negro que adornaba su cuello, con una chapita redonda de plata colgando justo en el centro. Pero lo más extraño era que a Chanyeol le recordaba a alguien. De hecho, tenía un parecido casi exacto a...

- ¡Bienvenido a casa, Chanyeol!

Era la voz de Baekhyun, no cabía duda. Lo miró con los ojos muy abiertos, notaba sus gafas resbalándole un poco por la nariz, pero su mente no era capaz de procesar otra cosa que no fuera el chico sonriente frente a él.

- ¿Baekhyun? -se atrevió a preguntar. El otro sonrió incluso más ampliamente, acercándose un poco a él.

- Sí, soy yo.

Por más que lo pensara no tenía sentido. ¿Qué hacía allí? Su expresión debió de ser transparente, ya que la sonrisa de Baekhyun cayó al pasar los minutos y no conseguir respuesta alguna por parte de Chanyeol.

- ¿No te gusta que esté aquí? -bajó la vista, agarrando el borde de su camiseta con nerviosismo. Ese simple gesto pareció despertar por fin a Chanyeol.

- No es eso, claro que no -se apresuró en soltar sus cosas de cualquier manera en el suelo, acercándose a Baekhyun-. Es sólo que... no te esperaba... La aplicación se rompió y, bueno...

- Claro que se rompió. Yo estoy aquí -lo miró a los ojos y Chanyeol notó cómo le daba un vuelco el corazón. Respira.

- ¿Y... por qué estás aquí?

Baekhyun se le acercó, reduciendo el poco espacio que los separaba para cogerlo de la mano y mirarlo, sonriente.

- Voy a vivir contigo.

Virtual Pet (Chanbaek/Baekyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora