C u a r e n t a y s i e t e

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Atención: Lenguaje y/o violencia fuerte es parte de este capítulo. Si eres sensible a este tipo contenido se solicita que pases de este episodio. Lee bajo tu propio riesgo, gracias por su comprensión.

Ha sido un primer día tranquilo.

Todos me ignoran como de costumbre, excepto Evan. Él me saluda todos los días. ¿Porque no sólo va con las otras chicas? Sería más fácil, parece que algunos chicos sin son estúpidos...

En el almuerzo voy al jardín y como bajo un árbol, como los otros días. Es inevitable no ponerme a pensar en como ha cambiado todo en tan poco tiempo...

Camino por los pasillos del instituto, sola, como de hace ya varios meses.

-Jaja, miren ahi va la rarita- me empuja Tara y choco contra los casilleros, se caen todas mis cosas y las recogo en silencio -Oh, ¿Porque no le pides ayuda a Evan?  Hazlo, si estas desesperada porque te tome en cuenta. 

Ignoro lo que dice y me mantengo callada -Respondeme, ¿Acaso eres sorda?- sus estúpidas amigas se rien.

-No, no lo soy- contesto y me alejo de ellas.

-Ay la niñita escapa, zorra cobarde.

<<¿Zorra? No he dado ni primer beso y me llaman zorra...>>

Todo esto comenzó desde que Evan decidió saludarme diariamente y pedirme salir, tarado. Sabia que Tara estaba loca por el, y no soportaba la idea de que le interesara yo.

Primero eran burlas, después rayaban mis cuadernos con insultos. Le siguieron mensajes por Facebook, hasta que llego al punto de...de...

No quería aceptarlo, no. 

Sabia que si le decía a Blue, ella era capaz de viajar de vuelta a Canadá solo para matarlas a golpes. Pero de todas maneras se lo conté, necesitaba confesárselo a alguien. La hice jurar que no haría nada y se mantendría callada. 

Quería contarle a mis padres, pero...simplemente no puedo, quizá por vergüenza. No lo se. El punto es que no lo hice.

Y aun no lo he hecho. 

La campana suena, haciendo que saliera de mis pensamientos, hoy nadie me ha dicho nada. Tal vez se han olvidado de mí, ojalá que sea así. Guardo mis cosas en la mochila tranquila, camino por el instituto hasta encontrar la salida. Tarareo un par de canciones hasta que el aire fresco llega a mis fosas nasales en cuanto cruzo la puerta.

<<Eso no sonó bien.>> pienso divertida

Pareciera que nada podría salir mal, hasta que siento como alguien me agarra y me tironea para ir detrás del edificio.

-¿Creías que te librarías de nosotras? Qué tonta- dicen burlesca, mi labio inferior tiembla porque ya se lo que me espera.

(...)

No tengo idea cuantos golpes van, está el amargo sabor a sangre en mi boca. Mi estomago tiene un dolor horrible, las patadas son las peores.

Jalan mi cabello, no sé cuánto más soportare esto... Pensé que me dejarían en paz, pero mírenme aquí. Indefensa. Estoy hecha bolita intentando protegerme un poco pero es inútil.

Sus risas, resuenan en mis oídos una y otra vez.

-Es que más imbécil no puedes ser- una me atiza un golpe en la cara -¡Solo muérete de una puta vez!

-¡Mírate! Das asco- otra da una cachetada y mi mejilla arde, suelta una carcajada.

No tengo idea de cuantas chicas son, quizás unas cinco.

<<Por favor deténganse, por favor...>>

Pero mis suplicas no puede oírse ya que ni una palabra sale de mi boca a parte de gemidos y sollozos.

De repente, se escucha una voz a lo lejos. Es de un hombre.

-¿¡Qué mierda creen que hacen!?- ruge, el mismo chico.

Nadie responde nada, me sueltan y yo aún tengo mis ojos cerrados con fuerza.

-He dicho, ¿¡Qué creen que hacen!?- repite ahora en frente de ellas por lo que puedo oír.

-N-nosotras, so-solo...solo... j-jugábamos con ella- tartamudea la chillona de voz de Lexi. O creo que es la de ella.

-¿Y desde cuando en los juegos alguien tiene que sangrar?- pregunta con ira, ahora sé quién es. Es Evan, maldita sea Evan. 

<<¡Vete! Argh>>

Nuevamente rige el silencio, el ambiente es tenso, se nota.

-Váyanse inmediatamente, mañana mismo el director sabrá lo que han hecho. Ahora, ¡Largo de mi vista!- vocifera, pueden oírse el ruido de los tacones chocando contra el suelo rápidamente.

Tomo aire con dificultad, es difícil respirar cuando tienes el pecho oprimido.

-Lia...- se agacha y pone su mano bajo mi cabeza, toso despacio -¿Qué te han hecho Lia?- por fin abro los ojos y su rostro demuestra angustia. Lo abrazo y me largo a llorar, él me responde el abrazo y acaricia mi cabello con suavidad mientras me reconforta con susurros.

Deseaba con todas mis fuerzas que se fuera, que me dejara sola. No deseaba que me viera así, ni el ni nadie. No soportaría el que me tengan pena. 


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No voy a mentirles, este capítulo ha sido duro para mí escribirlo.

Ahora lo saben, ellas eran quienes podrían atrapar a Lia como dijo en el capítulo 18 (creo) Si, Lia sufre de bullying tanto físico, emocional como virtual. Esas chicas la atacan en cualquier medio que puedan.

El bullying es inaceptable.

Y no, no intento hacer chiste repitiendo la frase del Cartoon Network. Sino que digo algo que es cierto y serio.

Pidan ayudan si sufren o saben de alguien que sufre bullying, el suicidio NO es la salida. Si tus padres no te escuchan, quizá los profesores si, o tu amigo, alguien lo hará. Lo prometo.

NO ESTÁS SOLO.

Si necesitas con quien hablar, no dudes en enviarme un mensaje. Estoy disponible la mayor parte del tiempo.

Cambio y fuera

-Kata





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